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    Evangelio del Día Miercoles - Mc 1,29-39 – 16 de Enero - Palabra de Fe


    Evangelio del Día Miercoles 16 de Enero 2019

    Lectura del Día


    De la Carta de Pablo a los Hebreos
    Heb 2, 14-18

    Hermanos: Todos los hijos de una familia tienen la misma sangre; por eso, Jesús quiso ser de nuestra misma sangre, para destruir con su muerte al diablo, que mediante la muerte, dominaba a los hombres, y para liberar a aquellos que, por temor a la muerte, vivían como esclavos toda su vida.

    Pues como bien saben ustedes, Jesús no vino a ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham; por eso tuvo que hacerse semejante a sus hermanos en todo, a fin de llegar a ser sumo sacerdote, misericordioso con ellos y fiel en las relaciones que median entre Dios y los hombres, y expiar así los pecados del pueblo. Como él mismo fue probado por medio del sufrimiento, puede ahora ayudar a los que están sometidos a la prueba.

    Salmo

    Sal 104,1-2.3-4.6-7.8-9

    R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

    V/. Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
    dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
    Cantadle al son de instrumentos,
    hablad de sus maravillas. R/.

    V/. Gloriaos de su nombre santo,
    que se alegren los que buscan al Señor.
    Recurrid al Señor y a su poder,
    buscad continuamente su rostro. R/.

    V/. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
    hijos de Jacob, su elegido!
    El Señor es nuestro Dios,
    él gobierna toda la tierra. R/.

    V/. Se acuerda de su alianza eternamente,
    de la palabra dada, por mil generaciones;
    de la alianza sellada con Abrahán,
    del juramento hecho a Isaac. R/.


    Evangelio del Día


    Evangelio según San  Marcos
    Mc 1,29-39

    En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.

    Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que los demonios hablaran, porque sabían quién era él.


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