Evangelio del Día Domingo 12 de Mayo - Lecturas y Salmo de Hoy
Evangelio del Día Domingo 12 de Mayo - Lecturas y Salmo de Hoy
Primera Lectura
Del Libro de los Hechos de los ApóstolesHch 13, 14. 43-52
En aquellos días, Pablo y Bernabé prosiguieron su camino desde Perge hasta Antioquía de Pisidia, y el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos piadosos acompañaron a Pablo y a Bernabé, quienes siguieron exhortándolos a permanecer fieles a la gracia de Dios.
El sábado siguiente, casi toda la ciudad de Antioquía acudió a oír la palabra de Dios. Cuando los judíos vieron una concurrencia tan grande, se llenaron de envidia y comenzaron a contradecir a Pablo con palabras injuriosas. Entonces Pablo y Bernabé dijeron con valentía: "La palabra de Dios debía ser predicada primero a ustedes; pero como la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos. Así nos lo ha ordenado el Señor, cuando dijo: Yo te he puesto como luz de los paganos, para que lleves la salvación hasta los últimos rincones de la tierra".
Al enterarse de esto, los paganos se regocijaban y glorificaban la palabra de Dios, y abrazaron la fe todos aquellos que estaban destinados a la vida eterna.
La palabra de Dios se iba propagando por toda la región. Pero los judíos azuzaron a las mujeres devotas de la alta sociedad y a los ciudadanos principales, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, hasta expulsarlos de su territorio.
Pablo y Bernabé se sacudieron el polvo de los pies, como señal de protesta, y se marcharon a Iconio, mientras los discípulos se quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.
Salmo
Sal 99, 2. 3. 5R. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R.
Segunda Lectura
ApocalipsisApoc 7, 9. 14b-17
Yo, Juan, vi una muchedumbre tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas. Todos estaban de pie, delante del trono y del Cordero; iban vestidos con una túnica blanca y llevaban palmas en las manos.
Uno de los ancianos que estaban junto al trono, me dijo: "Éstos son los que han pasado por la gran persecución y han lavado y blanqueado su túnica con la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios y le sirven día y noche en su templo, y el que está sentado en el trono los protegerá continuamente.
Ya no sufrirán hambre ni sed,
no los quemará el sol ni los agobiará el calor.
Porque el Cordero, que está en el trono, será su pastor
y los conducirá a las fuentes del agua de la vida
y Dios enjugará de sus ojos toda lágrima".
Evangelio del Día
Evangelio según Juan
Jn 10, 27-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno".
2) Les doy: Jesús viene a dar vida y una vida eterna. Quiere que vivas que estés más vivo que nunca. Porque el que verdaderamente escucha a Jesús y está junto a él tiene que tener y dar vida. Los que siguen a Dios están llamados a amarla a la vida, disfrutarla (sé que hay cosas dolorosas) pero que le meten para adelante. Creo en ese cristiano que lo tiene a Cristo y lo tiene bien metido en su pecho, que nunca se ve derrotado por las cosas que pasan. Vos sos un águila no una gallina, Dios te dió alas grandes para volar. No te quedes mirando el suelo.
3) Somos uno: Es a esto lo que se nos invita a caminar y rezar. A ser uno, la gran crisis que vive la Iglesia no es la falta de sacerdotes, los abusos, los escandalos; la gran crisis es la desunión que hay entre nosotros, el tirarnos piedras entre nosotros. El querer ser que todos seamos cacique y que nadie sea indio. El querer marcar un poder entre nosotros liquidando al otro. Somos una Iglesia servidora, no sirvienta. Somos del buen pastor, somos todos de él, el que piensa igual a mí, como el que piensa distinto a mí. Hoy, en todo el mundo se reza por las vocaciones sacerdotales y religiosas; pidamos al Pastor que nos de pastores según su corazón. Para que juntos vayamos al cielo, porque hasta el cielo no paramos.
Jn 10, 27-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno".
Reflexión Padre Luis Zazano
¡Somos suyos!
1) Mi voz: Escuchar a Jesús es todo un proceso. Así como la oveja hace un proceso y hay un proceso para que reconozca la voz del dueño, vos y yo tenemos un proceso en nuestras vidas para reconocer a Jesús y escucharlo. Hasta me animo a decirte que hay muchos que aún no lo escucharon o no lo reconocen, como también hay otros que están en el rebaño y lo siguen pero no lo escucharon. El que puedas interiorizar a Jesús implica que sepas cómo es la cuestión, la oveja tiene que reconocer que es oveja y saber que el pastor es pastor; al criollo te diria “Dios es Dios y vos sos vos”, a no ponerse la chaqueta que no te corresponde y reconoce que tenés que escucharlo.2) Les doy: Jesús viene a dar vida y una vida eterna. Quiere que vivas que estés más vivo que nunca. Porque el que verdaderamente escucha a Jesús y está junto a él tiene que tener y dar vida. Los que siguen a Dios están llamados a amarla a la vida, disfrutarla (sé que hay cosas dolorosas) pero que le meten para adelante. Creo en ese cristiano que lo tiene a Cristo y lo tiene bien metido en su pecho, que nunca se ve derrotado por las cosas que pasan. Vos sos un águila no una gallina, Dios te dió alas grandes para volar. No te quedes mirando el suelo.
3) Somos uno: Es a esto lo que se nos invita a caminar y rezar. A ser uno, la gran crisis que vive la Iglesia no es la falta de sacerdotes, los abusos, los escandalos; la gran crisis es la desunión que hay entre nosotros, el tirarnos piedras entre nosotros. El querer ser que todos seamos cacique y que nadie sea indio. El querer marcar un poder entre nosotros liquidando al otro. Somos una Iglesia servidora, no sirvienta. Somos del buen pastor, somos todos de él, el que piensa igual a mí, como el que piensa distinto a mí. Hoy, en todo el mundo se reza por las vocaciones sacerdotales y religiosas; pidamos al Pastor que nos de pastores según su corazón. Para que juntos vayamos al cielo, porque hasta el cielo no paramos.
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