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    Evangelio del Día Jueves 16 de Mayo - Lectura y Salmo de Hoy




    Evangelio del Día Jueves 16 de Mayo - Lectura y Salmo de Hoy 

    Lectura del Día

    Del Libro de los Hechos de los Apóstoles
    Hch 13, 13-25

    En aquellos días, Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos; llegaron a Perge de Panfilia, y allí Juan Marcos los dejó y volvió a Jerusalén. Desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia, y el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Acabada la lectura de la ley y los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron decir: "Hermanos, si tienen alguna exhortación que hacer al pueblo, hablen".
    Entonces se levantó Pablo, y haciendo señal de silencio con la mano, les dijo:
    "Israelitas y cuantos temen a Dios, escuchen: El Dios del pueblo de Israel eligió a nuestros padres, engrandeció al pueblo cuando éste vivía como forastero en Egipto y lo sacó de allí con todo su poder, lo alimentó en el desierto durante cuarenta años, aniquiló siete tribus del país de Canaán y dio el territorio de ellas en posesión a Israel por cuatrocientos cincuenta años. Posteriormente les dio jueces, hasta el tiempo del profeta Samuel.
    Pidieron luego un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, que reinó cuarenta años. Después destituyó a Saúl y les dio por rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis designios.
    Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador, Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: 'Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco desatarle las sandalias' ".


    Salmo

    Sal 88,2-3.21-22.25.27

     R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

    Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
    anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
    Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
    más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R/.



    Encontré a David, mi siervo,
    y lo he ungido con óleo sagrado;
    para que mi mano esté siempre con él
    y mi brazo lo haga valeroso. R/.



    Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
    por mi nombre crecerá su poder.
    Él me invocará: «Tú eres mi padre,
    mi Dios, mi Roca salvadora.» R/.



    Evangelio del Día


    Evangelio según Juan
    Jn 13, 16-20

    En aquel tiempo, después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les dijo:
    "Yo les aseguro: el sirviente no es más importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía. Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán dichosos.
    No lo digo por todos ustedes, porque yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla el pasaje de la Escritura, que dice: El que comparte mi pan me ha traicionado. Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo soy.
    Yo les aseguro: el que recibe al que yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado".

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    Reflexión Padre Luis Zazano 

    Sos servidor, no sirviente.

    1) El servidor: Hoy estamos llamados a ser servidores, personas que lavan el pie al hermano. En el sentido que ayudas a que el camino de tu hermano sea más llevadero, que le ayudas en su caminar. Ser servidor es eso, ayudarle a sacar su roña, ayudar a que sea más suave el caminar del otro, ayudar a que se siga caminando en la vida. Es a eso lo que estás llamado.

    2) No sirviente: Jesús te llama a servir y no a ser sirviente. Porque si tomas la actitud de sirviente, caes en perder tu personalidad, pasas a ser una fotocopia del otro, dejas de ser vos. El servicio es un producto de tu libertad, lo haces porque querés. El sirviente anula su libertad y depende de otro. Vos tenés una vida hermosa que llevar por delante, vos tenés mucho para dar y hay mucha gente que espera de vos y que sabe lo que podés dar, sos vos el que tenés que tener en claro que hay mucho de vos para dar, PERO sin olvidarte quién sos vos.

    3) Felices: Jesús te vuelve a recordar que ese mayor deseo que tiene en vos es que seas feliz. Sabiéndote lo que sos y dándote a los demás como sos, lograrás grandes cosas; entre ello ese puntito de la felicidad que será plena en el cielo. No dejes de darte y ser generoso con tu tiempo, con tu escucha, con tu forma de ser…. las pistas para tu felicidad la encontrás en vos y en los demás, serví y descubrirás grandes cosas.



    Reflexión extraida desde https://misionerosdigitales.com/

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