Evangelio del Día Lunes 1 de Julio - Lectura y Salmo de Hoy
Evangelio del Día lunes 1 de Julio
Lectura y Salmo de Hoy
Lectura del Día
Del Libro del Génesis
Génesis 18, 16-33
Los tres hombres que habían estado con Abraham se pusieron de pie y se encaminaron hacia Sodoma. Abraham los acompañaba para despedirlos. El Señor dijo entonces: “¿Acaso le voy a ocultar a Abraham lo que voy a hacer, siendo así que se va a convertir en un pueblo grande y poderoso y van a ser benditos en él todos los pueblos de la tierra? Yo lo he escogido para que enseñe a sus hijos y a sus descendientes a cumplir mi voluntad, haciendo lo que es justo y recto, y así cumpliré lo que le he prometido”.
Después el Señor dijo: “El clamor contra Sodoma y Gomorra es grande y su pecado es demasiado grave. Bajaré, pues, a ver si sus hechos corresponden a ese clamor; y si no, lo sabré”.
Los hombres que estaban con Abraham se despidieron de él y se encaminaron hacia Sodoma. Abraham se quedó ante el Señor y le preguntó: “¿Será posible que tú destruyas al inocente junto con el culpable? Supongamos que hay cincuenta justos en la ciudad, ¿acabarás con todos ellos y no perdonarás al lugar en atención a esos cincuenta justos? Lejos de ti tal cosa: matar al inocente junto con el culpable, de manera que la suerte del justo sea como la del malvado; eso no puede ser. ¿El juez de todo el mundo no hará justicia?” El Señor le contestó: “Si encuentro en Sodoma cincuenta justos, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos”.
Abraham insistió: “Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Supongamos que faltan cinco para los cincuenta justos, ¿por esos cinco que faltan, destruirás toda la ciudad?” Y le respondió el Señor: “No la destruiré, si encuentro allí cuarenta y cinco justos”.
Abraham volvió a insistir: “Quizá no se encuentren allí más que cuarenta”. El Señor le respondió: “En atención a los cuarenta, no lo haré”.
Abraham siguió insistiendo: “Que no se enoje mi Señor, si sigo hablando. ¿Y si hubiera treinta?” El Señor le dijo: “No lo haré, si hay treinta”.
Abraham insistió otra vez: “Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran sólo veinte?” El Señor le respondió: “En atención a los veinte, no la destruiré”.
Abraham continuó: “No se enoje mi Señor, hablaré sólo una vez más. ¿Y si se encuentran sólo diez?” Contestó el Señor: “Por esos diez, no destruiré la ciudad”.
Cuando terminó de hablar con Abraham, el Señor se fue y Abraham volvió a su casa.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R/.
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles. R/.
Génesis 18, 16-33
Los tres hombres que habían estado con Abraham se pusieron de pie y se encaminaron hacia Sodoma. Abraham los acompañaba para despedirlos. El Señor dijo entonces: “¿Acaso le voy a ocultar a Abraham lo que voy a hacer, siendo así que se va a convertir en un pueblo grande y poderoso y van a ser benditos en él todos los pueblos de la tierra? Yo lo he escogido para que enseñe a sus hijos y a sus descendientes a cumplir mi voluntad, haciendo lo que es justo y recto, y así cumpliré lo que le he prometido”.
Después el Señor dijo: “El clamor contra Sodoma y Gomorra es grande y su pecado es demasiado grave. Bajaré, pues, a ver si sus hechos corresponden a ese clamor; y si no, lo sabré”.
Los hombres que estaban con Abraham se despidieron de él y se encaminaron hacia Sodoma. Abraham se quedó ante el Señor y le preguntó: “¿Será posible que tú destruyas al inocente junto con el culpable? Supongamos que hay cincuenta justos en la ciudad, ¿acabarás con todos ellos y no perdonarás al lugar en atención a esos cincuenta justos? Lejos de ti tal cosa: matar al inocente junto con el culpable, de manera que la suerte del justo sea como la del malvado; eso no puede ser. ¿El juez de todo el mundo no hará justicia?” El Señor le contestó: “Si encuentro en Sodoma cincuenta justos, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos”.
Abraham insistió: “Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Supongamos que faltan cinco para los cincuenta justos, ¿por esos cinco que faltan, destruirás toda la ciudad?” Y le respondió el Señor: “No la destruiré, si encuentro allí cuarenta y cinco justos”.
Abraham volvió a insistir: “Quizá no se encuentren allí más que cuarenta”. El Señor le respondió: “En atención a los cuarenta, no lo haré”.
Abraham siguió insistiendo: “Que no se enoje mi Señor, si sigo hablando. ¿Y si hubiera treinta?” El Señor le dijo: “No lo haré, si hay treinta”.
Abraham insistió otra vez: “Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran sólo veinte?” El Señor le respondió: “En atención a los veinte, no la destruiré”.
Abraham continuó: “No se enoje mi Señor, hablaré sólo una vez más. ¿Y si se encuentran sólo diez?” Contestó el Señor: “Por esos diez, no destruiré la ciudad”.
Cuando terminó de hablar con Abraham, el Señor se fue y Abraham volvió a su casa.
Salmo
Sal 102R/. El Señor es compasivo y misericordioso
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R/.
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles. R/.
Evangelio del Día
Evangelio según Mateo
Mt 8, 18-22
En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente.
En ese momento se le acercó un escriba y le dijo: “Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza”.
Otro discípulo le dijo: “Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre”. Pero Jesús le respondió: “Tú sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos”.
2) Deja: Hay que aprender a liberarse de aquello que nos ata y que no nos permite ser nosotros mismos, es aquello que te lleva a la muerte en vos y que habitualmente son cosas fantasiosas, no son reales, sino más bien productos de tu cabeza: el miedo a que se enojen, a que quedes mal, a que no colmes espectativas de otros, etc. Aprende a dejar aquello que te aleja de Dios y de ser vos.
3) No reclinar: Tu vida es un caminar y tenés mucho por descubrir y personas por conocer. No te estanques en una situación, persona o cosa. Pero ¿cómo darme cuenta? Te dejo algunos puntitos:
*¿Sé cuál es el carisma que Dios me regaló para darlo a los demás?
*¿Soy plenamente yo o soy lo que otros quieren que sea?
*¿Hice feliz a alguien?
Reflexión extraida desde https://misionerosdigitales.com/
Mt 8, 18-22
En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente.
En ese momento se le acercó un escriba y le dijo: “Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza”.
Otro discípulo le dijo: “Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre”. Pero Jesús le respondió: “Tú sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos”.
Reflexión Padre Luis Zazano
El seguimiento
1) Es libre: Dios no obliga a nadie nada, sino más bien te invita y te promete tu plenitud. Lo que Dios desea es que seas más vos, al ser vos mismo te llevará a seguirlo a Jesús desde ese llamado y ese carisma que Dios mismo te dió a vos para que lo des todo en servicio a nosotros, tus cercanos.2) Deja: Hay que aprender a liberarse de aquello que nos ata y que no nos permite ser nosotros mismos, es aquello que te lleva a la muerte en vos y que habitualmente son cosas fantasiosas, no son reales, sino más bien productos de tu cabeza: el miedo a que se enojen, a que quedes mal, a que no colmes espectativas de otros, etc. Aprende a dejar aquello que te aleja de Dios y de ser vos.
3) No reclinar: Tu vida es un caminar y tenés mucho por descubrir y personas por conocer. No te estanques en una situación, persona o cosa. Pero ¿cómo darme cuenta? Te dejo algunos puntitos:
*¿Sé cuál es el carisma que Dios me regaló para darlo a los demás?
*¿Soy plenamente yo o soy lo que otros quieren que sea?
*¿Hice feliz a alguien?
Reflexión extraida desde https://misionerosdigitales.com/
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