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    Evangelio del Día Viernes 28 de Junio - Lecturas y Salmo de Hoy - Reflexión Padre Luis Zazano




     Evangelio del Día Viernes 28 de Junio 

     Lecturas y Salmo de Hoy

    Primera lectura

    Del Libro de Ezequiel
    Ez 34, 11-16

    Esto dice el Señor Dios: "Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por ellas. Así como un pastor vela por su rebaño cuando las ovejas se encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas e iré por ellas a todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y de oscuridad.
    Las sacaré de en medio de los pueblos, las congregaré de entre las naciones, las traeré a su tierra y las apacentaré por los montes de Israel, por las cañadas y por los poblados del país. Las apacentaré en pastizales escogidos, y en lo alto de los montes de Israel tendrán su aprisco; allí reposarán en buenos prados, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel.
    Yo mismo apacentaré a mis ovejas; yo mismo las haré reposar, dice el Señor Dios.
    Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré en la justicia''.


    Salmo

    Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
    R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

    El Señor es mi pastor, nada me falta:
    en verdes praderas me hace recostar;
    me conduce hacia fuentes tranquilas
    y repara mis fuerzas. R.


    Me guía por el sendero justo,
    por el honor de su nombre.
    Aunque caminé por cañadas oscuras,
    nada temo, porque tú vas conmigo:
    tu vara y tu cayado me sosiegan. R.


    Preparas una mesa ante mí,
    enfrente de mis enemigos;
    me unges la cabeza con perfume,
    y mi copa rebosa. R.


    Tu bondad y tu misericordia
    me acompañan todos los días de mi vida,
    y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R.




    Segunda lectura

    De la Carta de Pablo a los Romanos
    Rom 5, 5-11

    Hermanos: Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo, que él mismo nos ha dado.
    En efecto, cuando todavía no teníamos fuerzas para salir del pecado, Cristo murió por los pecadores en el tiempo señalado. Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un justo, aunque puede haber alguno que esté dispuesto a morir por una persona sumamente buena. Y la prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores.
    Con mayor razón, ahora que ya hemos sido justificados por su sangre, seremos salvados por él del castigo final. Porque, si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo, con mucho más razón, estando ya reconciliados, recibiremos la salvación participando de la vida de su Hijo. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.

    Evangelio del Día


    Evangelio según Lucas
    Lc 15, 3-7

    En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola: "¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: 'Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido'.
    Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse''.
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    Reflexión Padre Luis Zazano


    En vos confío

    1) Sale: Jesús sale a buscar, porque tiene un corazón que ama; y cuando uno ama busca a quien ama hasta tenerlo, pero no por egoismo sino porque busca su bien. Vos y yo tenemos que pedir a Jesús eso de su corazón; salir a buscar a ese familiar con quien hace años que no vemos… o a ese amigo que se distanció o a esa persona que compartiste parte de tu vida y por tu ritmo hoy ni sabes dónde está. Salí y buscá a ese cercano tuyo.

    2) Alegría: En este día del Sagrado Corazón pidamos la alegría. Aprender a alegrarme con la alegría del otro, buscar generar buen clima entre la gente que me rodea. Ser un aportante de buen vivir con quien vivo o con quien trabajo. Ser de buen corazón…

    3) Conversión: Nuestra alegría es ver personas que se encuentran con Dios y cambian, cambian para bien. Nosotros debemos llenarnos de alegría por aquellos que logran encontrarse con Dios y no andar viendo a qué grupo lo voy a enganchar. Rendite a los pies de Jesús y te aseguro que caminarás derecho por la vida. Decile “en Vos confío”.

    Reflexión extraida desde https://misionerosdigitales.com/



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