Evangelio del Día Lunes 5 de Agosto - Lectura y Salmo de Hoy - Reflexión Padre Luis Zazano
Evangelio del Día Lunes 5 de Agosto
Lectura y Salmo de HoyLectura del Día
Lectura del Libro de los Numeros
Num 11, 4-15
En aquellos días, los israelitas se quejaban diciendo: “¡Quién nos diera carne para comer! ¡Cómo nos acordamos del pescado, que comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos y melones, de los puerros, cebollas y ajos! Pero de tanto ver el maná, ya ni ganas tenemos de comer”.
El maná era como la semilla del cilantro y su aspecto como el de la resina aromática. El pueblo se dispersaba para recogerlo. Lo molían en el molino o lo machacaban en el mortero; luego lo cocían en una olla y hacían con él una especie de pan, que sabía como el pan de aceite. Por la noche, cuando caía el rocío sobre el campamento, caía también el maná.
Moisés oyó cómo se quejaba el pueblo, cada una de las familias, a la entrada de su tienda. Eso provocó la ira del Señor, y Moisés, también muy disgustado, le dijo al Señor: “¿Por qué tratas tan mal a tu siervo? ¿En qué te he desagradado para que tenga que cargar con todo este pueblo? ¿Acaso yo lo he concebido o lo he dado a luz, para que me digas: ‘Toma en brazos a este pueblo, como una nodriza a la creatura, y llévalo a la tierra que juré darles a sus padres?’ ¿De dónde voy a sacar yo carne para repartírsela a toda la gente, que me dice llorando: ‘Queremos comer carne’? Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues es demasiado pesado para mí. Si me vas a tratar así, por favor, quítame la vida y no tendré que pasar tantas penas”.
Mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos. R/.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios. R/.
Los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre. R/.
Num 11, 4-15
En aquellos días, los israelitas se quejaban diciendo: “¡Quién nos diera carne para comer! ¡Cómo nos acordamos del pescado, que comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos y melones, de los puerros, cebollas y ajos! Pero de tanto ver el maná, ya ni ganas tenemos de comer”.
El maná era como la semilla del cilantro y su aspecto como el de la resina aromática. El pueblo se dispersaba para recogerlo. Lo molían en el molino o lo machacaban en el mortero; luego lo cocían en una olla y hacían con él una especie de pan, que sabía como el pan de aceite. Por la noche, cuando caía el rocío sobre el campamento, caía también el maná.
Moisés oyó cómo se quejaba el pueblo, cada una de las familias, a la entrada de su tienda. Eso provocó la ira del Señor, y Moisés, también muy disgustado, le dijo al Señor: “¿Por qué tratas tan mal a tu siervo? ¿En qué te he desagradado para que tenga que cargar con todo este pueblo? ¿Acaso yo lo he concebido o lo he dado a luz, para que me digas: ‘Toma en brazos a este pueblo, como una nodriza a la creatura, y llévalo a la tierra que juré darles a sus padres?’ ¿De dónde voy a sacar yo carne para repartírsela a toda la gente, que me dice llorando: ‘Queremos comer carne’? Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues es demasiado pesado para mí. Si me vas a tratar así, por favor, quítame la vida y no tendré que pasar tantas penas”.
Salmo
Sal 80,12-13.14-15.16-17 R/. Aclamad a Dios, nuestra fuerzaMi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos. R/.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios. R/.
Los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre. R/.
Evangelio del Día
Evangelio según san Mateo
Mt 14, 13-21
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos.
Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: “Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer”. Pero Jesús les replicó: “No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer”. Ellos le contestaron: “No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados”. El les dijo: “Tráiganmelos”.
Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.
2)Despide: Es la sugerencia que le dan los apóstoles, hay veces que buscamos lo más cómodo y lo más fácil. Como que caemos en la comodidad, que el otro haga… esto te lleva a olvidarte que el cristiano está llamado a dar lo mejor de sí, y si podés ayudar, ¡ayuda! Es bueno dar una mano y un servicio desinteresado. Hoy, que iniciamos la semana, está bueno dar una ayudita al otro, aunque sea dar una barrida al piso sin que tu mamá o alguien te lo pida.
3)Sobraron: Cuando Dios obra junto con nosotros puede tocar muchos corazones. No tengas miedo a los desafíos, dar de comer a tanta gente era un desafío. Aprende a confiar en Dios y en vos, no te detengas en la vida porque es como el paracaidista: no es que no tenga miedo de tirarse, sino que toma valor para asumir el desafío y se tira confiando en Dios, en sí y en el paracaidas. Vos confia en Dios, en vos y en tu paracaidas. Ese paracaidas puede ser tu mujer, tu esposo, tus hijos, en fin… pensa hoy quién es tu paracaidas que te ayuda a caer bien ante los desafíos de la vida.
Reflexión extraida desde https://misionerosdigitales.com/
Mt 14, 13-21
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos.
Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: “Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer”. Pero Jesús les replicó: “No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer”. Ellos le contestaron: “No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados”. El les dijo: “Tráiganmelos”.
Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.
Reflexión Padre Luis Zazano
Vos tenés que dar.
1)Tranquilo y apartado: Jesús busca su momento y su espacio. Vos y yo también debemos buscar nuestro momento y espacio de apartarnos del trajín y acelere cotidiano, no podemos andar a mil siempre. Busca un momento del día para tener tu encuentro con Dios, pero también de reencontrarte vos, tenés que ser capaz de apartarte de todo lo que está a tu alrededor. Eso exige un sacrificio, aunque sea de levantarte unos minutos antes y tomar tu momento de sentarte solo o sola y tomar un café o unos mates y hablar con Dios o escuchar la meditación y hablar con él. Busca separarte de todo para encontrarte con Dios y con vos y no que todo te separe de Dios y de vos.2)Despide: Es la sugerencia que le dan los apóstoles, hay veces que buscamos lo más cómodo y lo más fácil. Como que caemos en la comodidad, que el otro haga… esto te lleva a olvidarte que el cristiano está llamado a dar lo mejor de sí, y si podés ayudar, ¡ayuda! Es bueno dar una mano y un servicio desinteresado. Hoy, que iniciamos la semana, está bueno dar una ayudita al otro, aunque sea dar una barrida al piso sin que tu mamá o alguien te lo pida.
3)Sobraron: Cuando Dios obra junto con nosotros puede tocar muchos corazones. No tengas miedo a los desafíos, dar de comer a tanta gente era un desafío. Aprende a confiar en Dios y en vos, no te detengas en la vida porque es como el paracaidista: no es que no tenga miedo de tirarse, sino que toma valor para asumir el desafío y se tira confiando en Dios, en sí y en el paracaidas. Vos confia en Dios, en vos y en tu paracaidas. Ese paracaidas puede ser tu mujer, tu esposo, tus hijos, en fin… pensa hoy quién es tu paracaidas que te ayuda a caer bien ante los desafíos de la vida.
Reflexión extraida desde https://misionerosdigitales.com/
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