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    Evangelio del Día Martes 27 de Agosto - Lectura y Salmo de Hoy - Reflexión Padre Luis Zazano





     Evangelio del Día Martes 27 de Agosto 

     Lectura y Salmo de Hoy

    Lectura del Día

    Lectura de la carta a los Tesalonicenses
    1 Tes 2, 1-8

    Hermanos: Bien saben que nuestra estancia entre ustedes no fue inútil, pues a pesar de los sufrimientos e injurias que padecimos en Filipos y que ya conocen, tuvimos el valor, apoyados en nuestro Dios, de predicarles su Evangelio en medio de una fuerte oposición.
    Es que nuestra predicación no nace del error ni de intereses mezquinos ni del deseo de engañarlos, sino que predicamos el Evangelio de acuerdo con el encargo que Dios, considerándonos aptos, nos ha hecho, y no para agradar a los hombres, sino a Dios, que es el que conoce nuestros corazones.
    Nunca nos hemos presentado, bien lo saben ustedes y Dios es testigo de ello, con palabras aduladoras ni con disimulada codicia, ni hemos buscado las alabanzas de ustedes ni las de nadie. Aunque hubiéramos podido imponerles nuestra autoridad, como apóstoles de Cristo, sin embargo los tratamos con la misma ternura con la que una madre estrecha en su regazo a sus pequeños. Tan grande es nuestro afecto por ustedes, que hubiéramos querido entregarles no solamente el Evangelio de Dios, sino también nuestra propia vida, porque han llegado ustedes a sernos sumamente queridos.

    Salmo

    Sal 138, 1-3. 4-6 
    R. Señor, tú me sondeas y me conoces.

    Señor, tú me sondeas y me conoces;
    me conoces cuando me siento o me levanto,
    de lejos penetras mis pensamientos;
    distingues mi camino y mi descanso,
    todas mis sendas te son familiares. R.


    No ha llegado la palabra a mi lengua,
    y ya, Señor, te la sabes toda.
    Me estrechas detrás y delante,
    me cubres con tu palma.
    Tanto saber me sobrepasa,
    es sublime, y no lo abarco. R.



    Evangelio del Día


    Evangelio según san Mateo
    Mt 23, 23-26

    En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!
    ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera''.

    Reflexión Padre Luis Zazano



    Limpio por dentro.

    1) Descuidas: Uno por atender cosas urgentes descuida las importantes y eso nos lleva a considerarnos hipócritas. Hay veces que nos preocupa más el tema de la plata que la misma familia, el trabajo más que la pareja, el trabajo en el movimiento o en el grupo parroquial más que tus hijos o tu mujer o tu marido; tus amigos o amigas más que la salida con tus padres que capaz que hace tiempo que no les das tiempo. En fin… capaz que tu escala de prioridades cambió y dejaste de lado a los que siempre estuvieron o estarán a tu lado.

    2) Te tragas el camello: Hay veces que te convertís tan obsesivo con algunas cosas y le das vuelta y vuelta a un tema ya resuelto, que te olvidas que la vida sigue y aparecen nuevos desafíos qué enfrentar. Creo que a vos y a mí nos puede pasar como al Titanic. Creemos que podemos con todo y nos aceleramos tanto, porque nos sentimos fuertes, que creemos que estamos muy seguros del camino. Eso lleva a no respetar la vida, que la tenemos de prestada y, cuando menos te lo imaginas, te chocas con algo que parece pequeño, pero como no le das bolilla termina siendo grande, solo que no lo viste en su totalidad. Respetala a la vida y viví el tiempo como corresponde: todo es a su debido tiempo. Aprende a ver las dificultades que tenés, no la mires así nomás; sé serio con tu vida porque tu vida es única.

    3) Limpia: Solo vos sabes tus miserias y errores, vos a mi podés engañarme, y a cualquiera, pero a Dios no. Solo Dios sabe el interior, pero sin embargo te quiere limpio, nos quiere limpios. Porque tenemos miserias y errores, y que no te asuste Hay que reconocerlo… somos así; pero para trabajar el interior hay que reconocer lo que somos.




    Reflexión extraida desde https://misionerosdigitales.com/

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