Evangelio del Día Miercoles 14 de Agosto - Lectura y Salmo de Hoy - Reflexión Padre Luis Zazano
Evangelio del Día Miercoles 14 de Agosto
Lectura y Salmo de HoyLectura del Día
Lectura del Libro del Deuteronomio
Dt 34, 1-12
En aquellos días, Moisés subió del valle de Moab al monte Nebo, a la cima del Pisgá, que mira hacia Jericó. Desde ahí le mostró el Señor todo el país: la región de Galaad hasta Dan; el territorio de Neftalí, de Efraín y de Manasés; todo el territorio de Judá hasta el mar Mediterráneo; las tierras del sur; el amplio valle que circunda a Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Soar, y le dijo: "Esta es la tierra que les prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciéndoles que se la daría a sus descendientes. A ti te la he dejado ver con tus propios ojos, pero tú no entrarás en ella".
Y Moisés, siervo del Señor, murió ahí, en Moab, como había dicho el Señor. Lo enterraron en el valle de Moab, frente a Bet Fegor, pero hasta el día de hoy nadie ha conocido el lugar de su tumba. Moisés murió a la edad de ciento veinte años y no había perdido la vista ni las fuerzas. Los israelitas estuvieron llorando a Moisés en el valle de Moab treinta días, tiempo señalado para el duelo de Moisés.
Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos. Los israelitas lo obedecieron, como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
No ha vuelto a surgir en Israel ningún profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; ni semejante a él en las señales y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto, contra el faraón, su corte y su país; ni por su poder y los grandes portentos que hizo en presencia de todo el pueblo de Israel.
R/. Bendito sea Dios, que me ha devuelto la vida
Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!» R/.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas. R/.
Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua. R/.
Dt 34, 1-12
En aquellos días, Moisés subió del valle de Moab al monte Nebo, a la cima del Pisgá, que mira hacia Jericó. Desde ahí le mostró el Señor todo el país: la región de Galaad hasta Dan; el territorio de Neftalí, de Efraín y de Manasés; todo el territorio de Judá hasta el mar Mediterráneo; las tierras del sur; el amplio valle que circunda a Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Soar, y le dijo: "Esta es la tierra que les prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciéndoles que se la daría a sus descendientes. A ti te la he dejado ver con tus propios ojos, pero tú no entrarás en ella".
Y Moisés, siervo del Señor, murió ahí, en Moab, como había dicho el Señor. Lo enterraron en el valle de Moab, frente a Bet Fegor, pero hasta el día de hoy nadie ha conocido el lugar de su tumba. Moisés murió a la edad de ciento veinte años y no había perdido la vista ni las fuerzas. Los israelitas estuvieron llorando a Moisés en el valle de Moab treinta días, tiempo señalado para el duelo de Moisés.
Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos. Los israelitas lo obedecieron, como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
No ha vuelto a surgir en Israel ningún profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; ni semejante a él en las señales y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto, contra el faraón, su corte y su país; ni por su poder y los grandes portentos que hizo en presencia de todo el pueblo de Israel.
Salmo
Sal 65R/. Bendito sea Dios, que me ha devuelto la vida
Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!» R/.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas. R/.
Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua. R/.
Evangelio del Día
Evangelio según san Mateo
Mt 18, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.
Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
Yo les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos''.
2) La comunidad: Qué importante es hacer los pasos de corrección a las personas. Hablar a solas, cara a cara primero, mostrando el error desde el cariño y cercanía, corregir para construir una vida linda con el otro y no corregir para destruir y pisotear al otro. El cara a cara es fundamental porque hay veces que se enteran los otros del error de la persona y al último se entera la persona, eso es caer en chismerío más que en corrección. Aprende a mirar a los ojos a la persona que la está pifeando en la vida y no se da cuenta, ayúdala porque no lo ve. Y si no te escucha, busca otra persona que sepas que también quiere el bien del otro y juntos busquen en ayudar, que se de cuenta que es para ayudar, más que para recriminar. Pero si después se ve que le resbala lo que le digan y no le importe lo que hasta la gente que lo quiere le diga, es entonces donde debemos considerar que no hay un interés por vivir la vida de esta manera a la cual queremos vivir todos, si ya se cierra a la ayuda de los que lo quieren, incluso manifestándose de millones de manera esa busqueda de ayuda y no quiere, entonces no corras contra la corriente porque te llevará estampado. En esto debemos reconocer que hay pasos pero también límites, el límite en esto lo pone el otro, porque cuando se le habla de mil maneras y de mil formas ya no es que no la quiere ver, sino más bien es que lo ve y ya no lo quiere cambiar. En esto rezar y también no caer en la soberbia de buscar que cambie sí o sí, también hay que aceptar esa libertad del otro y saber dar un paso al costado luego de haber intentado y haber hecho los pasos.
3) Comunión: Jesús termina hablando de ese poder de la comunión entre los cristianos, el rezar el uno por el otro como también uno junto al otro. Nuestra fuerza está allí, por eso cada domingo en el que nos reunimos pedimos y agradecemos como comunidad. ¡Qué fuerte nos hacemos los cristianos cuando nos unimos por un mismo fin y oramos!, ¡qué fuerte nos hacemos cuando en cada misa cantamos, rezamos y oramos en nombre de Jesús! Allí está un potencial que debemos construir más, juntarnos a orar y cantar por aquellos que están a nuestro alrededor. Una comunidad orante es fuerza y luz para la misma Iglesia.
Reflexión extraida desde https://misionerosdigitales.com/
Mt 18, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.
Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
Yo les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos''.
Reflexión Padre Luis Zazano
Yo estoy con ustedes.
1) Si tu hermano peca: Obvio que todos caemos en pecado y la actitud es ayudarnos, no denunciarnos. Vos y yo tenemos ese pecado que nos cuesta o que nos pesa o nos amarga, pero la clave está en remarla como el dulce de leche. Saber que se la puede luchar y enfrentar, habrá veces que podrás decir «sí, no caí ahora» y otros días te tomará esa tristeza de decir que caíste otra vez. Pero la clave es lucharla. El tema es cuando uno cae en el pecar y ni cosquillas le hace, como que ni le va, ni le viene, es allí donde entra la actitud del hermano para ayudarlo y mostrarle que otros se dan cuenta de algo que él o ella no se da cuenta (intencionalmente o no). Pero no es que el hermano tiene que estar como árbitro de futbol fijándose en qué cae el hermano y menos buscando el VAR para ver la repetición de la acción y recriminarlo, a eso no podemos caer, pero te reconozco que hay cristianos “metete” que le encanta meterse en la vida de los otros y marcarles las faltas.2) La comunidad: Qué importante es hacer los pasos de corrección a las personas. Hablar a solas, cara a cara primero, mostrando el error desde el cariño y cercanía, corregir para construir una vida linda con el otro y no corregir para destruir y pisotear al otro. El cara a cara es fundamental porque hay veces que se enteran los otros del error de la persona y al último se entera la persona, eso es caer en chismerío más que en corrección. Aprende a mirar a los ojos a la persona que la está pifeando en la vida y no se da cuenta, ayúdala porque no lo ve. Y si no te escucha, busca otra persona que sepas que también quiere el bien del otro y juntos busquen en ayudar, que se de cuenta que es para ayudar, más que para recriminar. Pero si después se ve que le resbala lo que le digan y no le importe lo que hasta la gente que lo quiere le diga, es entonces donde debemos considerar que no hay un interés por vivir la vida de esta manera a la cual queremos vivir todos, si ya se cierra a la ayuda de los que lo quieren, incluso manifestándose de millones de manera esa busqueda de ayuda y no quiere, entonces no corras contra la corriente porque te llevará estampado. En esto debemos reconocer que hay pasos pero también límites, el límite en esto lo pone el otro, porque cuando se le habla de mil maneras y de mil formas ya no es que no la quiere ver, sino más bien es que lo ve y ya no lo quiere cambiar. En esto rezar y también no caer en la soberbia de buscar que cambie sí o sí, también hay que aceptar esa libertad del otro y saber dar un paso al costado luego de haber intentado y haber hecho los pasos.
3) Comunión: Jesús termina hablando de ese poder de la comunión entre los cristianos, el rezar el uno por el otro como también uno junto al otro. Nuestra fuerza está allí, por eso cada domingo en el que nos reunimos pedimos y agradecemos como comunidad. ¡Qué fuerte nos hacemos los cristianos cuando nos unimos por un mismo fin y oramos!, ¡qué fuerte nos hacemos cuando en cada misa cantamos, rezamos y oramos en nombre de Jesús! Allí está un potencial que debemos construir más, juntarnos a orar y cantar por aquellos que están a nuestro alrededor. Una comunidad orante es fuerza y luz para la misma Iglesia.
Reflexión extraida desde https://misionerosdigitales.com/
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