Evangelio del Día Viernes 23 de Agosto - Lectura y Salmo de Hoy - Reflexión Padre Luis Zazano
Evangelio del Día Viernes 23 de Agosto
Lectura y Salmo de HoyLectura del Día
Lectura del libro de Rut
Rut 1, 1. 3-8. 14-16. 22
En tiempo de los jueces, hubo hambre en el país de Judá y un hombre de Belén, llamado Elimélek, se fue a residir con Noemí, su esposa, y sus dos hijos a la región de Moab.
Murió Elimélek, y Noemí se quedó sola con sus dos hijos. Estos se casaron con dos mujeres moabitas: una se llamaba Orpá y la otra, Rut. Vivieron ahí unos diez años y murieron también los hijos de Noemí, Malón y Kilión, y ella se quedó sin hijos y sin esposo.
Entonces decidió abandonar los campos de Moab y regresar al país de Judá con sus dos nueras, porque oyó decir que el Señor había favorecido al pueblo y le daba buenas cosechas. Se pusieron, pues, en camino, para volver a la tierra de Judá. Entonces Noemí dijo a sus dos nueras: "Vuélvase cada una a casa de su madre. Que el Señor tenga piedad de ustedes, como ustedes la han tenido con mis hijos y conmigo".
Ellas rompieron a llorar y Orpá besó a su suegra, Noemí, y se volvió a su pueblo; pero Rut se quedó con su suegra. Entonces Noemí le dijo a Rut: "Tu concuña se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú también con ella". Pero Rut respondió: "No insistas en que te abandone y me vaya, porque a donde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios".
Así fue como Noemí, con su nuera Rut, la moabita, regresó de los campos de Moab y llegó con ella a Belén, al comienzo de la cosecha de la cebada.
R/. Alaba, alma mía, al Señor
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él. R/.
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R/.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.
Rut 1, 1. 3-8. 14-16. 22
En tiempo de los jueces, hubo hambre en el país de Judá y un hombre de Belén, llamado Elimélek, se fue a residir con Noemí, su esposa, y sus dos hijos a la región de Moab.
Murió Elimélek, y Noemí se quedó sola con sus dos hijos. Estos se casaron con dos mujeres moabitas: una se llamaba Orpá y la otra, Rut. Vivieron ahí unos diez años y murieron también los hijos de Noemí, Malón y Kilión, y ella se quedó sin hijos y sin esposo.
Entonces decidió abandonar los campos de Moab y regresar al país de Judá con sus dos nueras, porque oyó decir que el Señor había favorecido al pueblo y le daba buenas cosechas. Se pusieron, pues, en camino, para volver a la tierra de Judá. Entonces Noemí dijo a sus dos nueras: "Vuélvase cada una a casa de su madre. Que el Señor tenga piedad de ustedes, como ustedes la han tenido con mis hijos y conmigo".
Ellas rompieron a llorar y Orpá besó a su suegra, Noemí, y se volvió a su pueblo; pero Rut se quedó con su suegra. Entonces Noemí le dijo a Rut: "Tu concuña se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú también con ella". Pero Rut respondió: "No insistas en que te abandone y me vaya, porque a donde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios".
Así fue como Noemí, con su nuera Rut, la moabita, regresó de los campos de Moab y llegó con ella a Belén, al comienzo de la cosecha de la cebada.
Salmo
Sal 145,5-6ab.6c-7.8-9a.9be-10R/. Alaba, alma mía, al Señor
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él. R/.
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R/.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.
Evangelio del Día
Evangelio según san Mateo
Mt 22, 34-40
En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?"
Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas".
2) Amar a Dios: Esta es la segunda fase. Porque en el evangelio se nos recuerda que hay en vos esa presencia en Dios y de Dios. Tu vida tiene ese “algo” de lo sobrenatural. Nunca te olvides que Dios está en vos y con vos; date ese espacio para con Él y no dejes de hablar con Él. Habla y busca a Dios a tu manera.
3) Tu hermano: Saber que el otro se merece mi respeto. Hoy vivimos en una sociedad que abusa del otro y lo trata como inferior. Nadie es más ni menos que nadie, todos somos iguales ante Dios y sea lo que sea el otro es mi hermano y lo respeto como tal. No ningunees a nadie y no desprestigies a nadie. Todos somos lo más valioso que Dios tiene.
Reflexión extraida desde https://misionerosdigitales.com/
Mt 22, 34-40
En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?"
Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas".
Reflexión Padre Luis Zazano
Dios y tu hermano.
1) A prueba: Constantemente hay personas que nos ponen a prueba y nos controlan lo que hacemos y decimos. Pero mira el actuar y la actitud de Jesús; Él no estaba mirando constantemente qué iba a hacer o decir. Ni siquiera se victimiza, sino más bien actúa con naturalidad y normalidad porque vive para un fin, y no para actuar sobre ellos. Es por eso que Jesús tiene tres cosas claras: su identidad (sabe quién es), su autenticidad (actúa desde sus principios) y su fin (sabe a dónde apuntala su vida). Es por ello que si vos tenés en claro estas cosas vivirás para vos y para Dios y no para tu alrededor, porque hoy esas personas están y mañana no; porque hoy te alaban y mañana te critican; porque simplemente tenés que ser vos y no lo que otros quieren que vos seas. Esto Jesús lo tiene claro.2) Amar a Dios: Esta es la segunda fase. Porque en el evangelio se nos recuerda que hay en vos esa presencia en Dios y de Dios. Tu vida tiene ese “algo” de lo sobrenatural. Nunca te olvides que Dios está en vos y con vos; date ese espacio para con Él y no dejes de hablar con Él. Habla y busca a Dios a tu manera.
3) Tu hermano: Saber que el otro se merece mi respeto. Hoy vivimos en una sociedad que abusa del otro y lo trata como inferior. Nadie es más ni menos que nadie, todos somos iguales ante Dios y sea lo que sea el otro es mi hermano y lo respeto como tal. No ningunees a nadie y no desprestigies a nadie. Todos somos lo más valioso que Dios tiene.
Reflexión extraida desde https://misionerosdigitales.com/
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