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    Evangelio del Día Martes 14 de Enero - Lectura y Salmo de hoy

     Evangelio del Día Martes 14 de Enero

    Lectura y Salmo de hoy

    Lectura del Día

    Lectura del primer libro de Samuel
    1 Sm 1, 9-20


    En aquel tiempo, después de tomar la comida ritual en Siló, Ana se levantó y se puso a orar ante el Señor. Llena de amargura y con muchas lágrimas, hizo esta promesa: “Señor de los ejércitos, mira la aflicción de tu sierva y acuérdate de mí. Si me das un hijo varón, yo te lo consagraré por todos los días de su vida, y en señal de ello, la navaja no tocará su cabeza”.
    Mientras tanto, el sacerdote Elí estaba sentado a la puerta del santuario. Ana prolongaba su oración y Elí la miraba mover los labios, pero no oía su voz. Pensando que estaba ebria, le dijo: “Has bebido mucho. Sal de la presencia del Señor hasta que se te pase”. Pero Ana le respondió: “No, señor. Soy una mujer atribulada. No he bebido vino ni bebidas embriagantes; estaba desahogando mi alma ante el Señor. No pienses que tu sierva es una mujer desvergonzada, pues he estado hablando, movida por mi dolor y por mi pena”.
    Entonces le dijo Elí: “Vete en paz y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido”. Ella le contestó: “Ojalá se cumpla lo que me dices”. La mujer salió del templo, fue a donde estaba su marido, y comió y bebió con él. Su rostro no era ya el mismo de antes.
    A la mañana siguiente se levantaron temprano, y después de adorar al Señor, regresaron a su casa en Ramá. Elcaná tuvo relaciones conyugales con su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella y de su oración. Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, diciendo: “Al Señor se lo pedí”.


    Salmo

    1 Sam 2, 1-8 
    R/. Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador

    Mi corazón se regocija en el Señor,
    mi poder se exalta por Dios.
    Mi boca se ríe de mis enemigos,
    porque gozo con tu salvación. R/.


    Se rompen los arcos de los valientes,
    mientras los cobardes se ciñen de valor.
    Los hartos se contratan por el pan,
    mientras los hambrientos engordan;
    la mujer estéril da a luz siete hijos,
    mientras la madre de muchos queda baldía. R/.


    El Señor da la muerte y la vida,
    hunde en el abismo y levanta;
    da la pobreza y la riqueza,
    humilla y enaltece. R/.


    El levanta del polvo al desvalido,
    alza de la basura al pobre,
    para hacer que se siente entre príncipes
    y que herede un trono de gloria. R/.



    Evangelio del Día


    Evangelio según san Marcos
    Mc 1, 21-28


    En aquel tiempo, se hallaba Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
    Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: “¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”. Jesús le ordenó: “¡Cállate y sal de él!” El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: “¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen”. Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea.


     Enseñaba como quien tiene autoridad


    Reflexión Fray Nelson Medina.

     La Iglesia ha perdido autoridad por nuestra incoherencia, por contradicción en las voces que se escuchan en ella y porque se está predicando con errores las enseñanzas sobre todo en materia moral.

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