Evangelio del Día Viernes 5 de Junio 2020 - Marcos Mc 12, 35-37
Evangelio del Día Viernes 5 de Junio
Lectura del Día
Lectura de la segunda carta de San Pablo a Timoteo
2 Tim 3, 10-17
Querido hermano: Tú has seguido de cerca mis enseñanzas y mi modo de vivir, mis planes, mi fe, mi paciencia, mi amor fraterno, mi constancia, mis persecuciones y sufrimientos, como los que soporté en Antioquía, en Iconio y en Listra. ¡Qué duras persecuciones tuve que sufrir! Pero de todas me libró el Señor.
Todos los que quieran vivir como buenos cristianos, también serán perseguidos. Por su parte, los malos y perversos irán de mal en peor, engañando a otros y engañándose a sí mismos.
Tú, en cambio, permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado, pues bien sabes de quiénes lo aprendiste y desde tu infancia estás familiarizado con la Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.
Toda la Sagrada Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, para reprender, para corregir y para educar en la virtud, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté enteramente preparado para toda obra buena.
R/. Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor.
Muchos son los enemigos que me persiguen,
pero yo no me aparto de tus preceptos. R/.
El compendio de tu palabra es la verdad,
y tus justos juicios son eternos. R/.
Los nobles me perseguían sin motivo,
pero mi corazón respetaba tus palabras. R/.
Mucha paz tienen los que aman tu ley,
y nada los hace tropezar. R/.
Aguardo tu salvación, Señor,
y cumplo tus mandatos. R/.
Guardo tus preceptos y tus mandatos,
y tú tienes presentes mis caminos. R/.
2 Tim 3, 10-17
Querido hermano: Tú has seguido de cerca mis enseñanzas y mi modo de vivir, mis planes, mi fe, mi paciencia, mi amor fraterno, mi constancia, mis persecuciones y sufrimientos, como los que soporté en Antioquía, en Iconio y en Listra. ¡Qué duras persecuciones tuve que sufrir! Pero de todas me libró el Señor.
Todos los que quieran vivir como buenos cristianos, también serán perseguidos. Por su parte, los malos y perversos irán de mal en peor, engañando a otros y engañándose a sí mismos.
Tú, en cambio, permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado, pues bien sabes de quiénes lo aprendiste y desde tu infancia estás familiarizado con la Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.
Toda la Sagrada Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, para reprender, para corregir y para educar en la virtud, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté enteramente preparado para toda obra buena.
Salmo
Salmo 118, 157. 160. 161. 165. 166. 168R/. Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor.
Muchos son los enemigos que me persiguen,
pero yo no me aparto de tus preceptos. R/.
El compendio de tu palabra es la verdad,
y tus justos juicios son eternos. R/.
Los nobles me perseguían sin motivo,
pero mi corazón respetaba tus palabras. R/.
Mucha paz tienen los que aman tu ley,
y nada los hace tropezar. R/.
Aguardo tu salvación, Señor,
y cumplo tus mandatos. R/.
Guardo tus preceptos y tus mandatos,
y tú tienes presentes mis caminos. R/.
Evangelio del Día
Evangelio según san Marcos
Mc 12, 35-37
Un día, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: “¿Cómo pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, inspirado por el Espíritu Santo, ha declarado: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha y yo haré de tus enemigos el estrado donde pongas los pies. Si el mismo David lo llama ‘Señor’, ¿cómo puede ser hijo suyo?”
La multitud que lo rodeaba, que era mucha, lo escuchaba con agrado.
Mc 12, 35-37
Un día, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: “¿Cómo pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, inspirado por el Espíritu Santo, ha declarado: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha y yo haré de tus enemigos el estrado donde pongas los pies. Si el mismo David lo llama ‘Señor’, ¿cómo puede ser hijo suyo?”
La multitud que lo rodeaba, que era mucha, lo escuchaba con agrado.
La multitud que lo rodeaba, que era mucha, lo escuchaba con agrado
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