Evangelio del Dia Martes 30 de Junio 2020 - Mateo Mt 8, 23-27
Evangelio del Dia Martes 30 de Junio
LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro del profeta AmósAm 3, 1-8; 4, 11-12
Escuchen estas palabras
que el Señor les dirige a ustedes, hijos de Israel,
y a todo el pueblo que hizo salir de Egipto:
“Sólo a ustedes los elegí
entre todos los pueblos de la tierra,
por eso los castigaré con mayor rigor
por todos sus crímenes.
¿Acaso podrán caminar dos juntos, si no están de acuerdo?
¿Acaso no ruge el león en la selva, cuando tiene ya su presa?
¿Lanza su rugido el cachorro de león desde su cueva,
si no ha cazado nada?
¿Cae el pájaro al suelo, sin que se le haya tendido una trampa?
¿Se levanta del suelo la trampa, sin que haya atrapado algo?
¿Se toca la trompeta en la ciudad, sin que se alarme la gente?
¿Hay alguna desgracia en la ciudad, sin que el Señor la mande?
Ciertamente el Señor no hace nada
sin revelar antes su designio a sus profetas.
Pues bien, ya ha rugido el león, ¿quién no tendrá miedo?
El Señor Dios ha hablado, ¿quién no profetizará?
Los he destruido a ustedes como a Sodoma y a Gomorra;
han quedado como un tizón sacado del incendio
y no se han vuelto a mí, dice el Señor.
Por eso te voy a tratar así, Israel,
y porque así te voy a tratar,
prepárate, Israel, a comparecer ante tu Dios”.
Salmo
Sal 5, 5-6a. 6b-7. 8R/. Señor, guíame con tu justicia
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R/.
Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda temor. R/.
EVANGELIO DEL DÍA
Evangelio según san MateoMt 8, 23-27
En aquel tiempo, Jesús subió a una barca junto con sus discípulos. De pronto se levantó en el mar una tempestad tan fuerte, que las olas cubrían la barca; pero él estaba dormido. Los discípulos lo despertaron, diciéndole: “Señor, ¡sálvanos, que perecemos!”
Él les respondió: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?” Entonces se levantó, dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. Y aquellos hombres, maravillados, decían: “¿Quién es éste, a quien hasta los vientos y el mar obedecen?”.
“¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”
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