Evangelio del Día Viernes 12 de Junio 2020 - Mateo Mt 5, 27-32
Evangelio del Día Viernes 12 de Junio
Lectura del Día
Lectura del primer libro de los Reyes
1 Reyes19, 9. 11-16
Al llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y permaneció allí. El Señor le dijo: “Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar”.
Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero un viento huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave.
Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que le dijo: “¿Qué haces aquí, Elías?” Él respondió: “Me consume el celo por tu honra, Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y asesinado a tus profetas; sólo quedo yo y me andan buscando para matarme”.
El Señor le dijo: “Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco. Ve y unge a Jazael como rey de Siria; a Jehú, hijo de Nimsí, como rey de Israel; y a Eliseo, hijo de Safat, úngelo como profeta, sucesor tuyo”.
R/. Tu rostro buscaré, Señor
V/. Escúchame, Señor,
que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
«Buscad mi rostro». R/.
V/. Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches. R/.
V/. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.
1 Reyes19, 9. 11-16
Al llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y permaneció allí. El Señor le dijo: “Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar”.
Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero un viento huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave.
Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que le dijo: “¿Qué haces aquí, Elías?” Él respondió: “Me consume el celo por tu honra, Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y asesinado a tus profetas; sólo quedo yo y me andan buscando para matarme”.
El Señor le dijo: “Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco. Ve y unge a Jazael como rey de Siria; a Jehú, hijo de Nimsí, como rey de Israel; y a Eliseo, hijo de Safat, úngelo como profeta, sucesor tuyo”.
Salmo
Sal 26, 7-8ab. 8c-9abcd. 13-14R/. Tu rostro buscaré, Señor
V/. Escúchame, Señor,
que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
«Buscad mi rostro». R/.
V/. Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches. R/.
V/. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.
Evangelio del Día
Evangelio según san Mateo
Mt 5, 27-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio; pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo.
También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio’’.
Más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo
Debemos reconocer la acción de Dios en lo portentoso pero también en lo humilde. Alegrémonos y confiemos en el Señor en todo momento y circunstancia.
Mt 5, 27-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio; pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo.
También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio’’.
Más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo
Reflexión Padre Luis Zazano.
Reflexión Fray Nelson Medina.
Debemos reconocer la acción de Dios en lo portentoso pero también en lo humilde. Alegrémonos y confiemos en el Señor en todo momento y circunstancia.
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