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    Evangelio del Dia Miercoles 5 de Agosto 2020 - San Mateo Mt 15, 21-28

    Evangelio del Dia Miercoles 5 de Agosto 

    LECTURA DEL DÍA

    Jer 31, 1-7

    “En aquel tiempo, dice el Señor,
    yo seré el Dios de todas las tribus de Israel
    y ellos serán mi pueblo.

    El pueblo de Israel, que se libró de la espada,
    halló misericordia en el desierto
    y camina hacia el descanso;
    el Señor se le apareció de lejos’’.

    Esto dice el Señor:
    “Yo te amo con amor eterno,
    por eso siempre me apiado de ti.
    Volveré, pues, a construirte
    y serás reconstruida, capital de Israel.
    Volverás a tocar tus panderos
    y saldrás a bailar entre músicos y coros;
    volverás a plantar viñas en los montes de Samaria
    y los que las planten, las disfrutarán.
    En la montaña de Efraín gritarán los centinelas:
    ‘¡Ya es de día! ¡Levántense y vayamos a Sión,
    hacia el Señor, nuestro Dios!’ ”

    Esto dice el Señor:
    “Griten de alegría por Jacob,
    regocíjense por el mejor de los pueblos;
    proclamen, alaben y digan:
    ‘El Señor ha salvado a su pueblo,
    al grupo de los sobrevivientes de Israel’ ”.


    Salmo

    Sal 112, 1-2. 3-4. 5-6
     R/. La gloria del Señor se eleva sobre los cielos.

    Alabad, siervos del Señor,
    alabad el nombre del Señor.
    Bendito sea el nombre del Señor,
    ahora y por siempre. R/.

    De la salida del sol hasta su ocaso,
    alabado sea el nombre del Señor.
    El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
    su gloria sobre los cielos. R/.

    ¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
    que habita en las alturas
    y se abaja para mirar
    al cielo y a la tierra? R/.




    EVANGELIO DEL DÍA

    San Mateo Mt 15, 21-28

    En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: “Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”. Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban: “Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros”. Él les contestó: “Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel”.

    Ella se acercó entonces a Jesús y postrada ante él, le dijo: “¡Señor, ayúdame!” El le respondió: “No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos”. Pero ella replicó: “Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos”. Entonces Jesús le respondió: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas”. Y en aquel mismo instante quedó curada su hija.


    Mujer, ¡qué grande es tu fe!
     

     Reflexión Padre Luis Zazano.


    Reflexión Fray Nelson Medina


    La verdadera fe supone: perseverancia eligiendo a Jesucristo, actitud de humildad hasta postrarse ante Él y confianza profunda porque Jesús sabe cómo y cuándo obrar.

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