Evangelio del Dia Sabado 18 de Julio 2020 - San Mateo Mt 12, 14-21
Evangelio del Dia Sabado 18 de Julio
LECTURA DEL DÍA
Miq 2, 1-5¡Ay de aquellos que planean injusticias,
que traman el mal durante la noche
y al despuntar la mañana, lo ejecutan,
porque son gente poderosa!
Codician los campos y los roban,
codician las casas y las usurpan,
violando todos los derechos
arruinan al hombre y lo despojan de su herencia.
Por eso dice el Señor:
“Estoy planeando contra esta gente
una serie de calamidades
de las que no podrán escapar.
Entonces ya no caminarán con altivez,
porque será un tiempo de desgracias.
Aquel día, la gente se burlará de ellos
y les cantará un triste canto:
Nos han despojado de todo
y se han repartido nuestras tierras;
se han apoderado de nuestra herencia
y no hay quien nos la devuelva”.
Por eso dice el Señor:
“Cuando la asamblea del pueblo
distribuya nuevamente las tierras,
no habrá parte para ellos”.
Salmo
Sal 9, 22-23. 24-25. 28-29. 35 R/. No te olvides de los humildes, Señor.V/. ¿Por qué te quedas lejos, Señor,
y te escondes en el momento del aprieto?
En su soberbia el impío oprime al infeliz
y lo enreda en las intrigas que ha tramado. R/.
V/. El malvado se gloría de su ambición,
el codicioso blasfema y desprecia al Señor.
El malvado dice con insolencia:
«No hay Dios que me pida cuentas». R/.
V/. Su boca está llena de maldiciones,
de engaños y de fraudes;
su lengua encubre maldad y opresión;
en el zaguán se sienta al acecho
para matar a escondidas al inocente. R/.
V/. Pero tú ves las penas y los trabajos,
tú miras y los tomas en tus manos.
A ti se encomienda el pobre,
tú socorres al huérfano. R/.
EVANGELIO DEL DÍA
San Mateo Mt 12, 14-21En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con él. Al saberlo, Jesús se retiró de ahí. Muchos lo siguieron y él curó a todos los enfermos y les mandó enérgicamente que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías:
Miren a mi siervo, a quien sostengo;
a mi elegido, en quien tengo mis complacencias.
En él he puesto mi Espíritu,
para que haga brillar la justicia sobre las naciones.
No gritará ni clamará,
no hará oír su voz en las plazas,
no romperá la caña resquebrajada,
ni apagará la mecha que aún humea,
hasta que haga triunfar la justicia sobre la tierra;
y en él pondrán todas las naciones su esperanza.
En él he puesto mi Espíritu,
para que haga brillar la justicia sobre las naciones.
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