Evangelio del Dia Martes 1 de Septiembre 2020 - San Lucas 4, 31-37
Evangelio del Dia Martes 1 de Septiembre
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2, 10b-16
Hermanos:
El EspÃritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. Pues, ¿quién conoce lo Ãntimo del hombre, sino el espÃritu del hombre, que está dentro de él? Del mismo modo, lo Ãntimo de Dios lo conoce solo el EspÃritu de Dios.
Pero nosotros hemos recibido un EspÃritu que no es del mundo; es el EspÃritu que viene de Dios, para que conozcamos los dones que de Dios recibimos.
Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espÃritu, no las exponemos en el lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el EspÃritu. Pues el hombre natural no capta lo que es propio del EspÃritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque solo se puede juzgar con el criterio del EspÃritu. En cambio, el hombre espiritual lo juzga todo, mientras que él no está sujeto al juicio de nadie. «Quién ha conocido la mente del Señor para poder instruirlo?». Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo.
Salmo
Sal 144, 8-9. 10-11. 12-13ab. 13cd-14
R/. El Señor es justo en todos sus caminos.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R/.
Evangelio del dÃa
Evangelio según San Lucas 4, 31-37
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba.
Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra estaba llena de autoridad.
HabÃa en la sinagoga un hombre poseÃdo por un espÃritu de demonio inmundo y se puso a gritar con fuerte voz:
«¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Pero Jesús le increpó diciendo:
«¡Cállate y sal de él!».
Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.
Quedaron todos asombrados y comentaban entre sÃ:
«¿Qué clase de palabra es esta? Pues da órdenes con autoridad y poder a los espÃritus inmundos, y salen».
Y su fama se difundÃa por todos los lugares de la comarca.
Sé quién eres: el Santo de Dios.
Reflexión Padre Luis Zazano.
Reflexión Fray Nelson Medina.
Necesitamos la acción del EspÃritu Santo para reconocer el paso de Dios en nuestra vida, en la Iglesia, en la sociedad actual; sin eso sentimos que reinan otros poderes.
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