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    Evangelio del Dia Domingo 27 de Septiembre 2020 - Mateo 21, 28-32

    Evangelio del Dia Domingo 27 de Septiembre

     Primera lectura

    Lectura de la profecía de Ezequiel 18, 25-28

    Esto dice el Señor:

    «Insistís: “No es justo el proceder del Señor”. Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto?

    Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.

    Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».


    Salmo

    Sal 24, 4bc-5. 6-7. 8-9 

    R/. Recuerda, Señor, tu ternura

    Señor, enséñame tus caminos,

    instrúyeme en tus sendas:

    haz que camine con lealtad;

    enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,

    y todo el día te estoy esperando. R/.


    Recuerda, Señor, que tu ternura

    y tu misericordia son eternas;

    no te acuerdes de los pecados

    ni de las maldades de mi juventud;

    acuérdate de mí con misericordia,

    por tu bondad, Señor. R/.


    El Señor es bueno y es recto,

    y enseña el camino a los pecadores;

    hace caminar a los humildes con rectitud,

    enseña su camino a los humildes. R/.



    Segunda lectura

    Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 1-11

    Hermanos:

    Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.

    No obréis por rivalidad ni por ostentación, considerando por la humildad a los demás superiores a vosotros. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.

    Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.

    El cual, siendo de condición divina,

    no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;

    al contrario, se despojó de sí mismo

    tomando la condición de esclavo,

    hecho semejante a los hombres.

    Y así, reconocido como hombre por su presencia,

    se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.

    Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre;

    de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble

    en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame:

    Jesucristo es Señor,

    para gloria de Dios Padre.




    Evangelio del día

    Lectura del santo evangelio según San Mateo 21, 28-32

    En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

    «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero». Pero después se arrepintió y fue.

    Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue.

    ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?».

    Contestaron:

    «El primero».

    Jesús les dijo:

    «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».


    En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios.




     Meditación del Papa Francisco

    Cuando abrimos el corazón en la verdad de nuestros pecados, es el lugar privilegiado del encuentro con Jesucristo.

    Reconocer nuestra miseria, reconocer lo que nosotros somos y lo que somos capaces de hacer o hemos hecho es precisamente la puerta que se abre a la caricia de Jesús, al perdón de Jesús, a la Palabra de Jesús «Ve en paz, tu fe te ha salvado», porque has sido valiente y has abierto tu corazón al único que puede salvarte.

    Jesús dice a los hipócritas que las prostitutas y los publicanos les precederán en el Reino de los Cielos. "¡Es fuerte esto! Porque los que se sienten pecadores abren su corazón en la confesión de los pecados, al encuentro con Jesús, que ha dado la sangre por nosotros. (Cf. Papa Francisco, homilía en santa Marta, 18 de septiembre de 2014)


    Reflexión Fray Nelson Medina

    DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A

    La gravedad de nuestros pecados nos lleva a ver nuestra triste condición, adentrándonos  al camino del arrepentimiento, dejando que Dios llene nuestra existencia y experimentando su gracia 



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