Evangelio del Dia Jueves 14 de Enero - San Marcos 1,40-45
Evangelio del Dia Jueves 14 de Enero
Primera lectura
Lectura de la carta a los Hebreos 3,7-14Hermanos:
Dice el EspÃritu Santo:
«Si escucháis hoy su voz,
no endurezcáis vuestros corazones
como cuando la rebelión,
en el dÃa de la prueba en el desierto,
cuando me pusieron a prueba vuestros padres, y me provocaron,
a pesar de haber visto mis obras
cuarenta años. Por eso me indigné contra aquella generación y dije: Siempre tienen el corazón extraviado; no reconocieron mis caminos,
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso».
¡Atención, hermanos! Que ninguno de vosotros tenga un corazón malo e incrédulo, que lo lleve a desertar del Dios vivo.
Animaos, por el contrario, los unos a los otros, cada dÃa, mientras dure este “hoy”, para que ninguno de vosotros se endurezca, engañado por el pecado.
En efecto, somos partÃcipes de Cristo si conservamos firme hasta el final la actitud del principio.
Salmo
Sal 94,6-7.8-9.10-11R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón».
V/. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guÃa. R/.
V/. Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el dÃa de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habÃan visto mis obras». R/.
V/. Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
«Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso». R/.
Evangelio del Dia
Evangelio según San Marcos 1,40-45EN aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
«Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
«Quiero: queda limpio».
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente:
«No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podÃa entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun asà acudÃan a él de todas partes.
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