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    Evangelio del Dia Jueves 11 de Febrero - San Marcos 7,24-30

    Evangelio del Dia Jueves 11 de Febrero

     LECTURA DEL DÍA

    Lectura del libro del Génesis  2,18-25 

    EL Señor Dios se dijo:

    «No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle a alguien como él, que le ayude».

    Entonces el Señor Dios modeló de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo, y se los presentó a Adán, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que Adán le pusiera.

    Así Adán puso nombre a todos los ganados, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontró ninguno como él, que le ayudase.

    Entonces el Señor Dios hizo caer un letargo sobre Adán, que se durmió; le sacó una costilla, y le cerró el sitio con carne.

    Y el Señor Dios formó, de la costilla que había sacado de Adán, una mujer, y se la presentó a Adán.

    Adán dijo:

    «Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será mujer ,, porque ha salido del varón».

    Por eso abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

    Los dos estaban desnudos, Adán y su mujer, pero no sentían vergüenza uno de otro.



    Salmo

    Sal 127,1-2.3.4-5
     R/. Dichosos los que temen al Señor

    Dichoso el que teme al Señor

    y sigue sus caminos.

    Comerás del fruto de tu trabajo,

    serás dichoso, te irá bien. R/.


    Tu mujer, como parra fecunda,

    en medio de tu casa;

    tus hijos, como renuevos de olivo,

    alrededor de tu mesa. R/.


    Esta es la bendición del hombre

    que teme al Señor.

    Que el Señor te bendiga desde Sión,

    que veas la prosperidad de Jerusalén

    todos los días de tu vida. R/.



    Evangelio del Dia

    Evangelio según San Marcos  7,24-30

    En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro.

    Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.

    Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies.

    La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija.

    Él le dijo:

    «Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».

    Pero ella replicó:

    «Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños».

    Él le contestó:

    «Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».

    Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.




    Reflexión Padre Luis Zazano.

    Reflexión Fray Nelson Medina

    Mientas que la naturaleza está nuestra a disposición, los seres humanos no lo están; cada uno de nosotros es otro como yo, por lo que entonces mi prójimo no está para ser usado sino está para mí como complemento.


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