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    Evangelio del Dia Sabado 17 de Abril - San Juan 6, 16-21

    Evangelio del Dia Sabado 17 de Abril 

    LECTURA DEL DÍA

    Del Libro de los Hechos de los Apóstoles 6, 1-7

    En aquellos días, como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendía bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días.

    Los Doce convocaron entonces a la multitud de los discípulos y les dijeron: “No es justo que, dejando el ministerio de la palabra de Dios, nos dediquemos a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra”.

    Todos estuvieron de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles, y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos.

    Mientras tanto, la palabra de Dios iba cundiendo. En Jerusalén se multiplicaba grandemente el número de los discípulos. Incluso un grupo numeroso de sacerdotes había aceptado la fe.


    Salmo

    Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19
     R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

    Aclamad, justos, al Señor,

    que merece la alabanza de los buenos.

    Dad gracias al Señor con la cítara,

    tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.


    La palabra del Señor es sincera,

    y todas sus acciones son leales;

    él ama la justicia y el derecho,

    y su misericordia llena la tierra. R.


    Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,

    en los que esperan su misericordia,

    para librar sus vidas de la muerte

    y reanimarlos en tiempo de hambre. R.



    EVANGELIO DEL DÍA

    Evangelio según San Juan 6, 16-21

    Al atardecer del día de la multiplicación de los panes, los discípulos de Jesús bajaron al lago, se embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaúm. Ya había caído la noche y Jesús todavía no los había alcanzado. Soplaba un viento fuerte y las aguas del lago se iban encrespando.

    Cuando habían avanzado unos cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús caminando sobre las aguas, acercándose a la barca, y se asustaron. Pero él les dijo: “Soy yo, no tengan miedo”. Ellos quisieron recogerlo a bordo y rápidamente la barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían.


    Reflexión Padre Luis Zazano.


    Reflexión Fray Nelson Medina

    La Iglesia va a encontrar dificultades, oposición externa y divisiones internas y para ejercer adecuadamente su autoridad debe orar y discernir para encontrar soluciones y superar las pruebas. 

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