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    Evangelio del día Sabado 29 de Mayo - San Marcos 11,27-33

    Evangelio del día Sabado 29 de Mayo



    LECTURA DEL DIA

    Lectura del libro del Eclesiástico  51,12-20 

    Doy gracias y alabo y bendigo el nombre del Señor, Siendo aún joven, antes de torcerme, deseé la sabiduría con toda el alma, la busqué desde mi juventud y hasta la muerte la perseguiré; crecía como racimo que madura, y mi corazón gozaba con ella, mis pasos caminaban fielmente siguiendo sus huellas desde joven, presté oído un poco para recibirla, y alcancé doctrina copiosa; su yugo me resultó glorioso, daré gracias al que me enseñó; decidí seguirla fielmente, cuando la alcance no me avergonzaré; mi alma se apegó a ella, y no apartaré de ella el rostro; mi alma saboreó sus frutos, y jamás me apartaré de ella; mi mano abrió sus puertas, la mimaré y la contemplaré; mi alma la siguió desde el principio y la poseyó con pureza.

     

    Salmo

    Sal 18,8.9.10.11
    R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón


    La ley del Señor es perfecta

    y es descanso del alma;

    el precepto del Señor es fiel

    e instruye al ignorante. R/.


    Los mandatos del Señor son rectos

    y alegran el corazón;

    la norma del Señor es límpida

    y da luz a los ojos. R/.


    La voluntad del Señor es pura

    y eternamente estable;

    los mandamientos del Señor

    son verdaderos y enteramente justos. R/.


    Más preciosos que el oro,

    más que el oro fino;

    más dulces que la miel

    de un panal que destila. R/.



    EVANGELIO DEL DIA

    Evangelio según San Marcos  11,27-33 

    En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?»

    Jesús les respondió: «Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contestadme.»

    Se pusieron a deliberar: «Si decimos que es de Dios, dirá: "¿Y por qué no le habéis creído?" Pero como digamos que es de los hombres...» (Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta.)

    Y respondieron a Jesús: «No sabemos.»

    Jesús les replicó: «Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.»



    Reflexión Fray Nelson Medina

    Dile a Jesús: “Tú tienes autoridad sobre mí, tienes poder sobre mí y te reconozco y proclamó como Señor y Amor de mi vida” Amén.

    Reflexión Padre Luis Zazano.

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