Evangelio del día Lunes 9 de Agosto - San Mateo 25,1-13
Evangelio del día Lunes 9 de Agosto
LECTURA DEL DÍA
Os 2,16b.17b.21-22
Así dice el Señor:
"He aquí que la llevaré al desierto
y hablaré a su corazón.
Allí me responderá
como en los días de su juventud,
como en el día en que subió del país de Egipto.
Te haré mi esposa para siempre,
Te haré mi esposa en justicia y equidad
en amor y compasión,
Te haré mi esposa en la fidelidad
y tú conocerás al Señor.
SALMO
Sal 44 Llega el Esposo; salid a recibir a Cristo, el Señor.
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor R/.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras. R/.
Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra. R/.
EVANGELIO DEL DÍA
Evangelio según san San Mateo 25,1-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El reino de los cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las insensatas, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas. Como el novio tardara, a todas les dio sueño y se durmieron. Pero a medianoche se oyó un grito: «¡Ya esta aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!» Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: «Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan». Pero las prudentes replicaron: «No, no sea que no haya suficiente para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis». Mientras ellas iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes, diciendo: «Señor, señor, ábrenos». Pero él respondió: «En verdad os digo que no os conozco». Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.
Palabra del Señor.
Reflexión Fray Nelson Medina
Expresión de inmensa caridad es renunciar a un derecho propio simplemente por evitar, hasta el máximo, cualquier cosa que sea obstáculo al camino de fe de otros.
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