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    Evangelio del día Viernes 29 de Abril 2022 - San Mateo 11, 25-30

    Evangelio del día Viernes 29 de Abril 

    LECTURA DEL DIA

    Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 1, 5 — 2, 2

    Queridos hermanos:

    Este es el mensaje que hemos oído de Jesucristo y que os anunciamos: Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna. Si decimos que estamos en comunión con él y vivimos en las tinieblas, mentimos y no obramos la verdad. Pero, si caminamos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.

    Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y su palabra no está en nosotros.

    Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.



    SALMO

    Sal 102, 1b-2. 8-9. 13-14. 17-18a
     R/. Bendice, alma mía, al Señor

    Bendice, alma mía, al Señor,

    y todo mi ser a su santo nombre.

    Bendice, alma mía, al Señor,

    y no olvides sus beneficios. R/.


    El Señor es compasivo y misericordioso,

    lento a la ira y rico en clemencia.

    No está siempre acusando

    ni guarda rencor perpetuo. R/.


    Como un padre siente ternura por sus hijos,

    siente el Señor ternura por los que lo temen;

    porque él conoce nuestra masa,

    se acuerda de que somos barro. R/.


    La misericordia del Señor

    dura desde siempre y por siempre,

    para aquellos que lo temen;

    su justicia pasa de hijos a nietos:

    para los que guardan la alianza. R/.




    EVANGELIO DEL DIA

    Evangelio según San Mateo 11, 25-30

    En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:

    «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.

    Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

    Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

      Palabra del Señor




    Reflexión Fray Nelson Medina

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