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    Evangelio del día Jueves 1 de Septiembre 2022 - Lucas 5,1-11

    Evangelio del día Jueves 1 de Septiembre

    LECTURA DEL DIA

    Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios  3,18-23 

    Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia.» Y también: «El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos.» Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.



    SALMO

    Sal 23,1-2.3-4ab.5-6
    R/. Del Señor es la tierra y cuanto la llena


    Del Señor es la tierra y cuanto la llena,

    el orbe y todos sus habitantes:

    él la fundó sobre los mares,

    él la afianzó sobre los ríos. R/.


    ¿Quién puede subir al monte del Señor?

    ¿Quién puede estar en el recinto sacro?

    El hombre de manos inocentes y puro corazón,

    que no confía en los ídolos. R/.


    Ése recibirá la bendición del Señor,

    le hará justicia el Dios de salvación.

    Éste es el grupo que busca al Señor,

    que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.




    EVANGELIO DEL DIA

    Evangelio según San Lucas  5,1-11 

    En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.

    Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»

    Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»

    Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a lo socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.

    Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.»

    Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

    Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.»

    Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

          Palabra del Señor



    Reflexión Padre Luis Zazano.



    Reflexión Fray Nelson Medina

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