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    Evangelio del día Martes 13 de Septiembre 2022 - Lucas 7, 11-17

    Evangelio del día Martes 13 de Septiembre 2022

    LECTURA DEL DÍA

    Lectura de la primera carta del apóstol Pablo a los Corintios  12, 12-14. 27-31

    Hermanos: Así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu. El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos.

    Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es miembro de él. En la Iglesia, Dios ha puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros, a los que tienen el don de curar a los enfermos, a los que ayudan, a los que administran, a los que tienen el don de lenguas y el de interpretarlas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y todos las interpretan? Aspiren a los dones de Dios más excelentes.



    SALMO

    Sal 99
    R/. Somos un pueblo y ovejas de su rebaño


    Aclama al Señor, tierra entera,

    servid al Señor con alegría,

    entrad en su presencia con vítores. R/.


    Sabed que el Señor es Dios:

    que él nos hizo y somos suyos,

    su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.


    Entrad por sus puertas con acción de gracias,

    por sus atrios con himnos,

    dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/.


    «El Señor es bueno,

    su misericordia es eterna,

    su fidelidad por todas las edades.» R/.




    EVANGELIO DEL DÍA

    Evangelio según San Lucas  7, 11-17

    En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre.

    Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: "No llores". Acercándose al ataúd, lo tocó, y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo: "Joven, yo te lo mando: Levántate". Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre.

    Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo: "Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo".

    La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas.

         Palabra del Señor



    Reflexión Padre Luis Zazano.


    Reflexión Fray Nelson Medina

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