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    Evangelio del día Sábado 25 de Febrero 2023 - Lucas 5, 27-32

    Evangelio del día Sábado 25 de Febrero

    PRIMERA LECTURA

    Lectura del libro de Isaías 58, 9-14

    Esto dice el Señor:

    «Cuando alejes de ti la opresión,

    el dedo acusador y la calumnia,

    cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo

    y sacies al alma afligida,

    brillará tu luz en las tinieblas,

    tu oscuridad como el mediodía.

    El Señor te guiará siempre,

    hartará tu alma en tierra abrasada,

    dará vigor a tus huesos.

    Serás un huerto bien regado,

    un manantial de aguas que no engañan.

    Tu gente reconstruirá las ruinas antiguas,

    volverás a levantar los cimientos de otros tiempos;

    te llamarán “reparador de brechas”,

    “restaurador de senderos”,

    para hacer habitable el país.

    Si detienes tus pasos el sábado,

    para no hacer negocios en mi día santo,

    y llamas al sábado “mi delicia”

    y lo consagras a la gloria del Señor;

    si lo honras, evitando viajes,

    dejando de hacer tus negocios y de discutir tus asuntos,

    entonces encontrarás tu delicia en el Señor.

    Te conduciré sobre las alturas del país

    y gozarás del patrimonio de Jacob, tu padre.

    Ha hablado la boca del Señor».



    SALMO

    Sal 85, 1-2. 3-4. 5-6 
    R/. Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad

    Inclina tu oído, Señor, escúchame,

    que soy un pobre desamparado;

    protege mi vida, que soy un fiel tuyo;

    salva, Dios mío, a tu siervo, que confía en ti. R/.


    Piedad de mí, Señor,

    que a ti te estoy llamando todo el día;

    alegra el alma de tu siervo,

    pues levanto mi alma hacia ti, Señor. R/.


    Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,

    rico en misericordia con los que te invocan.

    Señor, escucha mi oración,

    atiende a la voz de mi súplica. R/.



    EVANGELIO DEL DIA

    Evangelio según San Lucas 5, 27-32

    En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:

    «Sígueme».

    Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y sus escribas diciendo a los discípulos de Jesús:

    «¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?»

    Jesús les respondió:

    «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».

       Palabra del Señor


    Reflexión Padre Luis Zazano.


    Reflexión Fray Nelson Medina

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