Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe Catolica
Evangelio Domingo 22 de Junio 2025 - Lucas 9, 11b-17
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 14, 18-20
En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino, y le bendijo diciendo:
«Bendito sea Abrán por el Dios altísimo,
creador de cielo y tierra;
bendito sea el Dios altísimo,
que te ha entregado tus enemigos».
Y Abrán le dio el diezmo de todo.
Salmo
Salmo 109, 1. 2. 3. 4
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies». R/.
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos. R/.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora». R/.
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec». R/.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 11, 23-26
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía».
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía».
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Evangelio del día
Evangelio según San Lucas 9, 11b-17
En aquel tiempo, Jesús hablaba a la gente del reino y sanaba a los que tenían necesidad de curación. El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron:
«Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado».
Él les contestó:
«Dadles vosotros de comer».
Ellos replicaron:
«No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente».
Porque eran unos cinco mil hombres.
Entonces dijo a sus discípulos:
«Haced que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno».
Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos. Entonces, tomando él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.
Palabra del Señor
Evangelio Domingo 22 de Junio 2025 - Lucas 9, 11b-17
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Reflexión para el Evangelio de San Lucas 9, 11b-17
Todos comieron hasta saciarse
Este hermoso pasaje del Evangelio narra la multiplicación de los panes y los peces, un milagro que no solo muestra el poder de Jesús, sino también su compasión y su capacidad para satisfacer el hambre profunda del ser humano: hambre de pan, de esperanza, de amor, de Dios.
Jesús acoge, enseña y sana
Dice el evangelio que Jesús acogió a la gente, les hablaba del Reino y sanaba a los que lo necesitaban.
Así es Jesús: cercano, atento, compasivo. Él no rechaza a nadie, sino que se entrega a cada persona, con tiempo, palabras y obras.
Despide a la gente... – una lógica humana
Los discípulos piensan con lógica práctica: ya es tarde, no hay comida, mejor que cada uno se arregle.
Pero Jesús responde con una lógica distinta, la del Reino de Dios:
“Denles ustedes de comer.”
Jesús nos invita a comprometernos con las necesidades del otro, a no quedarnos indiferentes. Él quiere obrar milagros con nuestra colaboración, con lo poco que tengamos.
El milagro de compartir y multiplicar
Solo había cinco panes y dos peces… pero Jesús toma, bendice, parte y da.
Aquí vemos un anticipo de la Eucaristía, donde también Jesús toma el pan, lo bendice y lo reparte, convirtiéndolo en su Cuerpo.
Cuando entregamos lo poco que tenemos con amor, Dios lo multiplica y alcanza para todos.
Todos comieron hasta saciarse
Jesús no da lo justo, sino que sacia. Su generosidad es abundante, sobrepasa toda medida.
Y aún sobran doce canastos, símbolo de plenitud, de que con Dios nunca falta nada.
Para nuestra vida
¿Confío en que Jesús puede hacer mucho con mi poco?
¿Soy generoso con lo que tengo, aunque parezca poco?
¿Busco en la Eucaristía ese alimento que sacia mi alma?
¿Estoy dispuesto a “dar de comer” al otro: atención, cariño, escucha, tiempo?
NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.