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Evangelio del dia

Evangelio Lunes 31 de Marzo 2025 - Juan 4, 43-54

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Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe Catolica

Lunes 31 de Marzo 2025

Lectura del día

Lectura del libro de Isaías 65, 17-21

Esto dice el Señor:
«Mirad: voy a crear un nuevo cielo
y una nueva tierra:
de las cosas pasadas
ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento.
Regocijaos, alegraos por siempre
por lo que voy a crear:
yo creo a Jerusalén “alegría”,
y a su pueblo, “júbilo”.

Me alegraré por Jerusalén
y me regocijaré con mi pueblo,
ya no se oirá en ella ni llanto ni gemido;
ya no habrá allí niño
que dure pocos días,
ni adulto que no colme sus años,
pues será joven quien muera a los cien años,
y quien no los alcance se tendrá por maldito.
Construirán casas y las habitarán,
plantarán viñas y comerán los frutos».

Salmo

Salmo 29, 2 y 4. 5-6. 11-12a y 13b
R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
celebrad el recuerdo de su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.

Evangelio del día

Evangelio según San Juan 4, 43-54

En aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado:
«Un profeta no es estimado en su propia patria».
Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose.
Jesús le dijo:
«Si no veis signos y prodigios, no creéis».
El funcionario insiste:
«Señor, baja antes de que se muera mi niño».
Jesús le contesta:
«Anda, tu hijo vive».
El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron:
«Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre».
El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

Palabra del Señor

Evangelio Lunes 31 de Marzo 2025 - Juan 4, 43-54

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Calendario Anual

Reflexión a la lectura de San Lucas 18, 9-14

El pasaje de Juan 4, 43-54 narra el segundo milagro que Jesús realizó en Galilea: la curación del hijo de un funcionario real que estaba a punto de morir. Este episodio nos ofrece una rica enseñanza espiritual y teológica que puede iluminar nuestra vida cristiana. A continuación, se presentan algunos puntos para reflexionar:

1. La fe como camino al encuentro con Jesús

El texto comienza con la descripción de un hombre angustiado cuyo hijo está gravemente enfermo. Este oficial real, probablemente un pagano o alguien alejado de la tradición judía, escucha hablar de Jesús y decide acudir a Él. Su actitud refleja una humildad profunda: reconoce su impotencia ante la enfermedad de su hijo y busca ayuda divina.

La fe no siempre nace en un contexto perfecto o religioso; muchas veces surge en medio del dolor, la necesidad o la desesperación. Este padre muestra cómo la fe auténtica nos lleva a buscar a Dios, incluso cuando nuestras circunstancias parecen insuperables. ¿Hemos buscado verdaderamente a Jesús en los momentos difíciles? ¿Nos hemos acercado a Él con confianza?

2. "Si no ven señales y prodigios, no creen"

Jesús, al ver la multitud que lo seguía, hace una observación crítica: "A menos que vean señales y prodigios, ustedes no creen" (v. 48). Estas palabras resaltan un peligro común: depender únicamente de experiencias extraordinarias para creer en Dios. Jesús nos invita a una fe más profunda, basada en la relación personal con Él y no solo en los milagros visibles.

¿Nuestra fe se sostiene únicamente en los favores recibidos o en las experiencias sobrenaturales? O, por el contrario, hemos cultivado una relación sólida con Cristo que trasciende las circunstancias externas. La verdadera fe no depende de lo que vemos, sino de lo que sabemos en nuestro corazón: que Dios es fiel y bueno.

3. El poder de la palabra de Jesús

Cuando el oficial le pide a Jesús que vaya a su casa para sanar a su hijo, Jesús responde: "Vete, tu hijo vive" (v. 50). Sorprendentemente, el hombre cree en la palabra de Jesús sin haber visto ningún cambio físico en su hijo. Este acto de fe es crucial, porque demuestra que la palabra de Cristo tiene poder en sí misma.

La Palabra de Dios, expresada en las Escrituras y en la vida cotidiana, tiene la capacidad de transformar nuestra realidad. ¿Confiamos plenamente en lo que Dios nos dice, aunque no veamos resultados inmediatos? La fe no es simplemente esperar un milagro; es creer que Dios ya está obrando, incluso cuando no podemos percibirlo claramente.

4. La fe contagiosa

El texto menciona que, tras la sanación, no solo el oficial creyó, sino también toda su casa (v. 53). Esto nos muestra cómo la fe genuina tiene un impacto expansivo. Cuando experimentamos la bondad de Dios, queremos compartirla con quienes nos rodean.

¿Somos testigos vivos de la fe? Nuestros actos, palabras y testimonios pueden llevar a otros a conocer y experimentar el amor de Dios. La fe no es algo privado; es un don que debe ser compartido con alegría y entusiasmo.

5. La importancia de la obediencia

El oficial no solo escuchó la palabra de Jesús, sino que actuó de acuerdo con ella. Regresó a su casa, confiando plenamente en que su hijo estaba sano. Esta obediencia activa es clave en la vida cristiana. Creer en Dios implica no solo aceptar sus promesas, sino también vivir según ellas.

¿Estamos dispuestos a obedecer a Dios incluso cuando no entendemos completamente sus planes? La fe nos impulsa a actuar de acuerdo con lo que creemos, confiando en que Él guiará nuestros pasos.

El milagro narrado en este pasaje no es solo una demostración del poder de Jesús, sino también una invitación a profundizar nuestra fe. Nos recuerda que Dios actúa en nuestras vidas de maneras sorprendentes, pero siempre espera que confiemos en su palabra y en su amor. Como el oficial real, estamos llamados a buscar a Jesús con humildad, creer en su promesa y compartir con otros el gozo de nuestra fe.

Que esta lectura nos inspire a vivir una fe más profunda y comprometida, confiando en que Jesús sigue obrando milagros en nuestras vidas hoy.

NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.

El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.

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