Evangelio Martes 4 de Noviembre 2025 - Lucas 14, 15-24

Evangelio del dia

Evangelio Martes 4 de Noviembre 2025 - Lucas 14, 15-24

Anterior  |  Martes 4  |  Siguiente

Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe

Lectura del día

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 5-16a

Hermanos:
Nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada cual existe en relación con los otros miembros.
Teniendo dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado, deben ejercerse así: la profecía, de acuerdo con la regla de la fe; el servicio, dedicándose a servir; el que enseña, aplicándose a la enseñanza; el que exhorta, ocupándose en la exhortación; el que se dedica a distribuir los bienes, hágalo con generosidad; el que preside, con solicitud; el que hace obras de misericordia, con gusto.
Que vuestro amor no sea fingido; aborreciendo lo malo, apegaos a lo bueno.
Amaos cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que a sí mismo; en la actividad, no seáis negligentes; en el espíritu, manteneos fervorosos, sirviendo constantemente al Señor.
Que la esperanza os tenga alegres; manteneos firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración; compartid las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad.
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis. Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran. Tened la misma consideración y trato unos con otros, sin pretensiones de grandeza, sino poniéndoos al nivel de la gente humilde. No os tengáis por sabios.
Palabra de Dios

Salmo

Salmo 130,1.2.3
R/. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R/.

Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
como un niño saciado
así está mi alma dentro de mí. R/.

Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre. R/.

Evangelio del día

Evangelio según San Lucas 14, 15-24

En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús:
«Bienaventurado el que coma en el reino de Dios!».
Jesús le contestó:
«Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó a su criado a avisar a los convidados:
“Venid, que ya está preparado”.
Pero todos a una empezaron a excusarse.
El primero le dijo:
“He comprado un campo y necesito ir a verlo. Dispénsame, por favor”.
Otro dijo:
“He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor”.
Otro dijo:
“Me acabo de casar y, por ello, no puedo ir”.
El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de casa, indignado, dijo a su criado:
“Sal aprisa a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”.
El criado dijo:
“Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio”.
Entonces el señor dijo al criado:
“Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta que entren y se llene mi casa.
Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete”».
Palabra del Señor

Evangelio Martes 4 de Noviembre 2025 - Lucas 14, 15-24

Anterior  |  Martes 4  |  Siguiente

Calendario Anual

Reflexión para el Evangelio de San Lucas 14, 15-24

Jesús nos presenta la parábola de un gran banquete preparado con esmero, al que los invitados se niegan a asistir porque están demasiado ocupados en sus propios intereses. Excusas como un campo nuevo, unos bueyes o un matrimonio recién celebrado muestran cómo las preocupaciones del mundo pueden cerrar el corazón a la invitación de Dios.

El banquete simboliza el Reino de Dios, donde todos estamos llamados a participar. Pero la respuesta depende de nuestra libertad. Quien pone por delante sus riquezas, sus negocios o su comodidad, corre el riesgo de quedar fuera. En cambio, el Señor abre su mesa a los pobres, a los cojos, a los ciegos, a los excluidos: a todos aquellos que saben acoger con humildad su invitación.


Este Evangelio nos cuestiona directamente:

¿Cuántas veces Dios me invita en la oración, en la misa, en el servicio al hermano, y yo lo dejo para “más adelante”?
¿No será que mis excusas diarias me están privando de la verdadera alegría de estar con Él?
¿Me siento merecedor del banquete, o reconozco mi pequeñez y necesidad de su gracia?

La buena noticia es que la mesa sigue servida, y el Señor nos sigue llamando hoy. Participar en su banquete es dejar entrar su amor en nuestra vida y compartirlo con los demás, especialmente con los que son olvidados por la sociedad.


Oración

Señor Jesús, gracias por invitarme a tu mesa de amor y de vida. Líbrame de las excusas y del egoísmo que me alejan de ti. Hazme humilde y disponible para acoger tu llamada, y ayúdame a invitar a otros, especialmente a los más pobres y necesitados, a compartir contigo la alegría de tu Reino. Amén.

NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.

Palabra de Fe Catolica

PARABOLAS NUESTROS SANTOS SACRAMENTOS CELEBRACIONES FRASES CATOLICAS ARTICULOS CONGREGACIONES CATOLICAS PRINCIPALES ORACIONES Biblia Online

Vatican News