Evangelio Sábado 22 de Noviembre 2025 - Lucas 20,27-40

Evangelio del dia

Evangelio Sábado 22 de Noviembre 2025 - Lucas 20,27-40

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Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe

Lectura del día

Lectura del primer libro de los Macabeos 6,1-13

En aquellos días, el rey Antíoco recorría las provincias del norte cuando se enteró de que había en Persia una ciudad llamada Elimaida, famosa por su riqueza en plata y oro, con un templo lleno de tesoros: escudos dorados, lorigas y armas depositadas allí por Alejandro el de Filipo, rey de Macedonia, primer rey de los griegos.
Antíoco fue allá e intentó apoderarse de la ciudad y saquearla; pero no pudo, porque los de la ciudad, dándose cuenta de lo que pretendía, salieron a atacarlo.
Antíoco tuvo que huir y emprendió apesadumbrado el viaje de vuelta a Babilonia.
Cuando él se encontraba todavía en Persia, llegó un mensajero con la noticia de que la expedición militar contra Judea había fracasado y que Lisias, que en un primer momento se había presentado como caudillo de un poderoso ejército, había huido ante los judíos; estos, sintiéndose fuertes con las armas, pertrechos y el enorme botín de los campamentos saqueados, habían derribado la abominación de la desolación construida sobre el altar de Jerusalén, habían levantado en torno al santuario una muralla alta como la de antes y habían hecho lo mismo en Bet Sur, ciudad que pertenecía al rey.
Al oír este informe, el rey se asustó y se impresionó de tal forma que cayó en cama y enfermó de tristeza, porque no le habían salido las cosas como quería.
Allí pasó muchos días, cada vez más triste. Pensó que se moría, llamó a todos sus Amigos y les dijo:
«El sueño ha huido de mis ojos y estoy abrumado por las preocupaciones, y me digo: “A qué tribulación he llegado, en qué violento oleaje estoy metido, yo, que era feliz y querido cuando era poderoso! Pero ahora me viene a la memoria el daño que hice en Jerusalén, robando todo el ajuar de plata y oro que había allí, y enviando gente que exterminase sin motivo a los habitantes de Judea.
Reconozco que por eso me han venido estas desgracias. Ya veis, muero de tristeza en tierra extranjera”».
Palabra de Dios

Salmo

Salmo 9,2-3.4.6.16.19
R/. Gozaré, Señor, de tu salvación

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
proclamando todas tus maravillas;
me alegro y exulto contigo,
y toco en honor de tu nombre, oh Altísimo. R/.

Porque mis enemigos retrocedieron,
cayeron y perecieron ante tu rostro.
Reprendiste a los pueblos, destruiste al impío
y borraste para siempre su apellido. R/.

Los pueblos se han hundido en la fosa que hicieron,
su pie quedó prendido en la red que escondieron.
Él no olvida jamás al pobre,
ni la esperanza del humilde perecerá. R/.

Evangelio del día

Evangelio según San Lucas 20,27-40

En aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano». Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer».
Jesús les dijo:
«En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre ¡os muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.
Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».
Intervinieron unos escribas:
«Bien dicho, Maestro».
Y ya no se atrevían a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor

Evangelio Sábado 22 de Noviembre 2025 - Lucas 20,27-40

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Reflexión para el Evangelio de San Lucas 20,27-40

En este pasaje, los saduceos —que no creían en la resurrección— intentan poner a prueba a Jesús con una pregunta absurda sobre una mujer que había tenido siete maridos. Quieren ridiculizar la fe en la vida eterna. Pero Jesús les responde con sabiduría: en la resurrección no habrá matrimonios como aquí en la tierra, porque los resucitados vivirán como ángeles, hijos de Dios. Y recuerda que Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.


Este evangelio nos enseña:

La vida eterna es real: Jesús confirma con firmeza que la muerte no es el final, sino un paso hacia la plenitud de la vida con Dios. Esto sostiene nuestra esperanza y da sentido a nuestro caminar, especialmente en medio del dolor y la pérdida.

La resurrección transforma todo: La vida después de la muerte no es una simple continuación de esta, sino una realidad nueva, donde el amor de Dios lo llena todo. Allí no habrá celos, posesiones o estructuras terrenas, porque viviremos en la comunión perfecta con Dios y con los hermanos.

Dios es de los vivos: Jesús recuerda cómo Dios se presenta en la Escritura como “el Dios de Abraham, Isaac y Jacob”. Aunque estos patriarcas habían muerto hacía siglos, para Dios siguen vivos, porque quien se une a Él nunca muere. Nuestra relación con Dios trasciende los límites del tiempo.

Fe que da esperanza: Frente al escepticismo de los saduceos, Jesús nos invita a creer en la resurrección. Esta certeza nos ayuda a vivir con esperanza, a no apegarnos demasiado a lo pasajero, y a poner la mirada en lo eterno, donde está nuestra verdadera patria.

Para nuestra vida:

Este evangelio nos anima a vivir con esperanza y a recordar que todo lo que hagamos por amor tiene un valor eterno. No caminamos hacia la nada, sino hacia la vida en plenitud con Dios.


Oración Señor Jesús, gracias porque me recuerdas que eres Dios de vivos y no de muertos. Fortalece mi fe en la resurrección y haz que viva cada día con esperanza, trabajando por tu Reino con el corazón puesto en la eternidad. Amén.

NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.

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