Evangelio Viernes 5 de Diciembre 2025 - Mateo 9,27-31

Evangelio del dia

Evangelio Viernes 5 de Diciembre 2025 - Mateo 9,27-31

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Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe

Lectura del día

Lectura del libro de Isaías 9,17-24

Esto dice el Señor:
«Pronto, muy pronto,
el Líbano se convertirá en vergel,
y el vergel parecerá un bosque.
Aquel día, oirán los sordos las palabras del libro;
sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos.
Los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor,
y los pobres se llenarán de júbilo en el Santo de Israel;
porque habrá desaparecido el violento, no quedará rastro del cínico;
y serán aniquilados los que traman para hacer el mal:
los que condenan a un hombre con su palabra,
ponen trampas al juez en el tribunal,
y por una nadería violan el derecho del inocente.
Por eso, el Señor, que rescató a Abrahán,
dice a la casa de Jacob:
“Ya no se avergonzará Jacob,
ya no palidecerá su rostro,
pues, cuando vean sus hijos mis acciones en medio de ellos,
santificarán mi nombre,
santificarán al Santo de Jacob
y temerán al Dios de Israel”.
Los insensatos encontrarán la inteligencia
y los que murmuraban aprenderán la enseñanza».
Palabra de Dios

Salmo

Sal 26,1.4.13-14
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.

Evangelio del día

Evangelio según San Mateo 9,27-31

En aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando:
«Ten compasión de nosotros, hijo de David».
Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:
«¿Creéis que puedo hacerlo?».
Contestaron:
«Sí, Señor».
Entonces les tocó los ojos, diciendo:
«Que os suceda conforme a vuestra fe».
Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente:
«¡Cuidado con que lo sepa alguien!».
Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.
Palabra del Señor

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Reflexión para el Evangelio de San Mateo 9,27-31

La fe que clama con confianza
Estos dos ciegos no se quedan en silencio ni en la resignación. A pesar de su ceguera física, poseen una claridad espiritual admirable: reconocen en Jesús al “Hijo de David”, es decir, al Mesías prometido. Su grito —“¡Ten compasión de nosotros!”— es una oración viva, llena de fe y esperanza. Nos enseñan que la oración no debe ser tímida ni vacilante, sino audaz, insistente y confiada en la misericordia de Dios.

¿Cómo clamamos nosotros ante Jesús? ¿Con resignación o con la certeza de que Él puede y quiere sanarnos?


La pregunta que prueba la fe: “¿Creen que yo puedo hacer eso?”
Jesús no actúa automáticamente. Antes del milagro, hace una pregunta fundamental: “¿Creen que yo puedo hacer eso?”. No es una duda de su poder, sino una invitación a profundizar en la fe de los ciegos. Quiere que ellos afirmen su confianza conscientemente. La fe no es magia; es relación personal, adhesión del corazón a la persona de Cristo.

Hoy también Jesús nos pregunta: ¿Crees que puedo sanarte, liberarte, transformar tu vida? La respuesta que demos determinará la profundidad de la gracia que recibiremos.


“Que se cumpla lo que han creído”
La sanidad no se produce por méritos, sino por fe. Jesús no dice: “Porque han sufrido mucho” o “porque han clamado fuerte”, sino: “Que se cumpla lo que han creído”. La fe es el puente que permite que el poder de Dios fluya en nuestra vida. No se trata de tener fe “fuerte”, sino de tener fe verdadera, depositada en la persona de Jesús.

Dios respeta nuestra libertad. Si no creemos, no fuerza su gracia. Pero si abrimos el corazón con fe, Él obra maravillas.


El silencio pedido y la proclamación inevitable
Jesús les pide que no divulguen el milagro. ¿Por qué? Porque aún no es el momento de la plena revelación de su mesianismo; quiere evitar malentendidos políticos o triunfalistas. Pero los sanados, rebosantes de alegría, no pueden callar. Su testimonio brota espontáneamente del corazón agradecido.

Esto nos recuerda que, aunque a veces el Señor nos pide prudencia, el testimonio auténtico de lo que Él ha hecho en nosotros es irresistible. La fe vivida se contagia. ¿Cómo podríamos callar las maravillas que Dios ha hecho en nuestra vida?


Aplicación personal
Reconoce tu ceguera: ¿Qué áreas de tu vida necesitan la luz de Cristo? ¿Dónde estás “ciego” a su amor, a su voluntad, a la necesidad del hermano?

Clama con fe: No temas repetir como los ciegos: “¡Ten compasión de mí, Señor!”.

Profundiza tu confianza: Ante los desafíos, pregúntate: ¿Creo realmente que Jesús puede transformar esta situación? Da testimonio: Aunque no con palabras ruidosas, que tu vida refleje la alegría de haber sido tocado por Cristo.


NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.

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