Sinopsis.
Juan el Bautista, nacido a finales del siglo I a.C en Judea, es considerado profeta y precursor de Jesús de Nazaret. Venido desde el desierto, recorriendo la costa del Mar Muerto y remontando la ribera del río Jordán, Juan visitó muchos lugares de Judea, donde invitaba a las gentes a cultivar la virtud y practicar la justicia, bautizando a muchos de los que se acercaron para escucharle, como símbolo de su purificación. Según el historiador Flavio Josefo, murió decapitado por orden del rey Herodes Antipas, que temía que “Juan persuadiera al pueblo para iniciar una revuelta”. Juan y Jesús eran primos segundos, pues María, la madre de Jesús, e Isabel , la madre de Juan, eran primas hermanas. Los evangelios canónicos narran que Jesús llega a la orilla del río Jordán procedente de Galilea, y allí pide a su primo Juan que le bautice.
El Bautismo de Jesús es un episodio en la vida de Jesús de Nazaret que aparece relatado en el Nuevo Testamento, y con él se inicia su ministerio público.
Algunos historiadores sostienen que Jesús y Juan, fueron preparados para su misión por los esenios, una fraternidad secreta fundada en tiempos de Moisés. Los esenios vivían discretamente, ocultos en las cuevas de los montes de Palestina, como guardianes de conocimientos ancestrales que el egoísmo del ser humano se esforzaba por destruir.
Algunos creen que la misión de Jesús y de Juan tenía como objetivo revelar la verdad sobre la naturaleza, el origen y destino del ser humano y sobre el sentido de su existencia.
Aunque existen muchos escritos acerca de la vida pública de Jesús, poco se sabe de lo que dijo e hizo Juan. Según los evangelios, Juan el Bautista, se definió a sí mismo como “La voz que clama en el desierto”
