Evangelio Domingo 31 de Agosto 2025 - Lucas 14, 1. 7-14

Evangelio del dia

Evangelio Domingo 31 de Agosto 2025

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Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe

Evangelio Domingo 31 de Agosto 2025 - Lucas 14, 1. 7-14

Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiástico 3, 17-20. 28-29

Hijo, actúa con humildad en tus quehaceres,
y te querrán más que al hombre generoso.
Cuanto más grande seas, más debes humillarte,
y así alcanzarás el favor del Señor.
«Muchos son los altivos e ilustres,
pero él revela sus secretos a los mansos».
Porque grande es el poder del Señor
y es glorificado por los humildes.
La desgracia del orgulloso no tiene remedio,
pues la planta del mal ha echado en él sus raíces.
Un corazón prudente medita los proverbios,
un oído atento es el deseo del sabio.

Salmo

Salmo 67, 4-5ac. 6-7ab. 10-11
R/. Tu bondad, oh, Dios, preparó una casa para los pobres.

Los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría.
Cantad a Dios, tocad a su nombre;
su nombre es el Señor. R/.

Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.
Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece. R/.

Derramaste en tu heredad,
oh, Dios, una lluvia copiosa,
aliviaste la tierra extenuada;
y tu rebaño habitó en la tierra
que tu bondad, oh, Dios,
preparó para los pobre. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos 12, 18-19. 22-24a

Hermanos:
No os habéis acercado a un fuego tangible y encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni al estruendo de las palabras, oído el cual, ellos rogaron que no continuase hablando.
Vosotros, os habéis acercado al monte Sion, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a las miríadas de ángeles, a la asamblea festiva de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos; a las almas de los justos que han llegado a la perfección, y al Mediador de la nueva alianza, Jesús.

Evangelio del día

Evangelio según San Lucas 14, 1. 7-14

En sábado, Jesús entró en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando.
Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola:
«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro, y te diga:
“Cédele el puesto a este”.
Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.
Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:
“Amigo, sube más arriba”.
Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.
Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido».
Y dijo al que lo había invitado:
«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos».

Palabra del Señor

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Reflexión para el Evangelio de San Lucas 14, 1. 7-14

El pasaje de San Lucas 14, 1. 7-14 combina dos enseñanzas importantes de Jesús durante una comida en casa de un fariseo: la humildad como camino hacia la exaltación y la invitación a practicar la caridad desinteresada. Este texto nos invita a reflexionar sobre cómo vivimos nuestras relaciones con los demás y cómo podemos imitar el amor generoso de Dios en nuestras acciones diarias.

La Parábola de los Lugares en la Mesa
Jesús observa cómo los invitados a la comida buscan los primeros lugares en la mesa (v. 7). Ante esta actitud, les ofrece una enseñanza práctica: "Cuando seas invitado, ve a sentarte en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Entonces serás honrado delante de todos los comensales" (vv. 8-9). Esta parábola no es solo un consejo social, sino una lección profunda sobre la virtud de la humildad.

En un mundo donde muchos buscan reconocimiento y prestigio, Jesús nos recuerda que la verdadera grandeza se encuentra en la humildad. Aquellos que se exaltan a sí mismos corren el riesgo de ser humillados, mientras que quienes se humillan serán exaltados por Dios. La humildad no es debilidad ni falta de confianza en uno mismo, sino un reconocimiento sincero de nuestra dependencia de Dios y de nuestro lugar dentro de la comunidad.

Invitar a los Que No Pueden Recompensarnos
A continuación, Jesús dirige su enseñanza al anfitrión de la comida, quien había invitado a personas influyentes o de estatus social. Les dice: "Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos, y serás bienaventurado, porque ellos no tienen con qué recompensarte, y se te recompensará en la resurrección de los justos" (vv. 13-14).

Esta exhortación subraya la importancia de practicar la caridad sin esperar recompensa terrenal. Invitar a aquellos que no pueden devolver el favor refleja el corazón misericordioso de Dios, quien da gratuitamente sin esperar nada a cambio. Como discípulos de Cristo, estamos llamados a amar sin condiciones, especialmente a los más necesitados, reconociendo en ellos la imagen de nuestro Señor.


Lecciones sobre la Humildad y la Caridad
Practicar la Humildad: La humildad es una virtud fundamental que nos permite relacionarnos con los demás desde el servicio y el amor. Nos libera de la vanidad y nos ayuda a buscar el bien común antes que el reconocimiento personal.
Servir a los Más Vulnerables: Nuestra fe debe manifestarse en obras concretas de amor hacia los más necesitados. Al hacerlo, reflejamos el corazón compasivo de Dios y cumplimos con el mandamiento del amor al prójimo.
Evitar el Egoísmo Espiritual: Buscar reconocimiento o recompensa en nuestras buenas obras puede vaciarlas de sentido. La verdadera caridad es desinteresada y busca únicamente glorificar a Dios.
Confianza en la Recompensa Divina: Aunque el mundo no siempre valore nuestros actos de humildad y caridad, Dios ve y recompensa cada gesto de amor sincero. Nuestra recompensa está en el cielo, donde seremos exaltados por nuestra fidelidad al Evangelio.


NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.

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