Evangelio Jueves 21 de Agosto 2025 - Mateo 22, 1-14

Evangelio del dia

Evangelio Jueves 21 de Agosto 2025

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Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe

Evangelio Jueves 21 de Agosto 2025 - Mateo 22, 1-14

Lectura del día

Lectura del libro de los Jueces 11.29-39a

En aquellos días, el espíritu del Señor vino sobre Jefté. Atravesó Galaad y Manasés, y cruzó a Mispá de Galaad, de Mispá de Galaad pasó hacía los amonitas. Entonces Jefte hizo un voto al Señor:
«Si entregas a los amonitas en mi mano, el primero que salga de las puerta de mi casa, a mi encuentro, cuando vuelva en paz de la campaña contra los amonitas, será para el Señor y lo ofreceré en holocausto».
Jefté pasó a luchar contra los amonitas, y el Señor los entregó en su mano. Los batió, desde Aroer hasta Minit - veinte ciudades -, y hasta Abel Queramín. Fue una gran derrota, y los amonitas quedaron sometidos a los hijos de Israel.
Cuando Jefté llegó a su casa de Mispa, su hija salió a su encuentro con adufes y danzas. Era su única hija. No tenía más hijos.
Al verla, rasgó sus vestiduras y exclamo:
« ¡Ay, hija mía, me has destrozado por completo y has causado mi ruina! He hecho una promesa al Señor y no puedo volverme atrás».
Ella le dijo:
«Padre mío, si has hecho una promesa al Señor, haz conmigo según lo prometido, ya que el Señor te ha concedido el desquite de tus enemigos amonitas».
Y le pidió a su padre:
«Concédeme esto: déjame libre dos meses, para ir vagando por los montes y llorar mi virginidad con mis compañeras».
Él le dijo:
«Vete».
Y la dejó ir dos meses. Ella marchó con sus compañeras y lloró su virginidad por los montes.
Al cabo de dos meses volvió donde estaba su padre . que hizo con ella según el voto que había pronunciando.

Salmo

Salmo 39,5.7-8a.8b-9.10
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

Dichoso el hombre que ha puesto
su confianza en el Señor,
y no acude a los idólatras,
que se extravían con engaños. R.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios;
entonces yo digo: «Aquí estoy». R.

« - Como está escrito en mi libro -
para hacer tu voluntad.
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas». R.

He proclamado tu justicia
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes. R.

Evangelio del día

Evangelio según San Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, Jesús volvió hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados, encargándoles que dijeran a los convidados:
“Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda”.
Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los matarlos.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados:
“La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda.”
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?”
El otro no abrió la boca.
Entonces el rey dijo a los servidores:
“Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes”.
Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».

Palabra del Señor

Evangelio Jueves 21 de Agosto 2025 - Mateo 22, 1-14

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Reflexión para el Evangelio de San Mateo 22, 1-14

En este pasaje del Evangelio según San Mateo, Jesús nos presenta una parábola que ilustra el Reino de los Cielos como un banquete de bodas ofrecido por un rey para su hijo. A través de esta historia, Jesús revela la generosidad y la misericordia de Dios, así como la responsabilidad de aquellos que son invitados a participar en su Reino. La parábola también contiene una advertencia sobre la necesidad de estar preparados y vestidos adecuadamente para recibir la invitación divina.

El contexto de la parábola
Jesús comienza diciendo: "El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo" (Mt 22,2). El rey envía a sus siervos a invitar a los invitados al banquete, pero estos desprecian la invitación con excusas triviales o incluso con violencia. Algunos se van a ocuparse de sus negocios, otros maltratan y matan a los mensajeros del rey. Ante esta reacción, el rey se enfada y envía a sus tropas para castigar a los asesinos, pero luego decide invitar a otros, a "todos los que encontraron", tanto buenos como malos, para que llenen el salón del banquete.

Sin embargo, la parábola no termina aquí. Cuando el rey entra al banquete, ve a un hombre que no lleva el traje de boda apropiado. Al ser confrontado, el hombre no tiene respuesta, y el rey ordena que lo echen fuera. Este episodio final subraya que la invitación al Reino de Dios implica no solo aceptarla, sino también vivir de acuerdo con ella.

La generosidad de Dios
El rey en la parábola representa a Dios, y el banquete de bodas simboliza el Reino de los Cielos. La primera invitación fue dirigida a los líderes religiosos y al pueblo de Israel, quienes fueron llamados a participar en la salvación prometida por Dios. Sin embargo, muchos despreciaron la invitación, prefiriendo sus propios intereses y preocupaciones materiales. Esto refleja cómo las personas a menudo rechazan a Dios por cosas pasajeras, como el trabajo, el dinero o el placer.

Ante el rechazo inicial, el rey amplía la invitación a todos, sin distinción de condición social: "Id a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, llamadlos al banquete de bodas" (Mt 22,9). Esta acción muestra la universalidad del amor de Dios. Él no excluye a nadie; su gracia está disponible para todos, tanto para los "buenos" como para los "malos".

La responsabilidad del invitado
Sin embargo, la parábola también contiene una advertencia importante. El hombre que no lleva el traje de boda representa a aquellos que aceptan la invitación de Dios pero no viven de acuerdo con ella. En el contexto bíblico, el "traje de boda" simboliza la justicia y la santidad que deben caracterizar a quienes pertenecen al Reino de Dios. Es decir, no basta con decir "sí" a Dios; debemos vivir una vida transformada por su gracia.

Este detalle nos recuerda que la fe debe manifestarse en obras. Como dice Santiago en su carta: "Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma" (Santiago 2,17). El Reino de Dios exige un compromiso total, una conversión continua y una vida coherente con el Evangelio.


Este pasaje nos interpela directamente. Todos hemos sido invitados al banquete celestial, pero ¿cómo respondemos a esa invitación? ¿Estamos dispuestos a dejar de lado nuestras excusas y prioridades terrenales para acudir al llamado de Dios? Además, ¿estamos viviendo de manera digna de esa invitación?

El peligro de la indiferencia es real. Muchas veces, como los primeros invitados, podemos caer en la tentación de pensar que tenemos cosas más importantes que hacer que responder a Dios. Pero la verdad es que nada en este mundo puede compararse con el valor del Reino de los Cielos.

Por otro lado, la advertencia sobre el traje de boda nos recuerda que nuestra relación con Dios no puede ser superficial. No basta con asistir a la Iglesia o decir que somos cristianos; debemos vivir como tales, mostrando amor, justicia y misericordia en nuestra vida diaria.

NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.

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