Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe Catolica
Evangelio Lunes 28 de Abril
Lectura del día
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 23-31
En aquellos días, Pedro y Juan, puestos en libertad, volvieron a los suyos y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos.
Al oírlo, todos invocaron a una a Dios en voz alta, diciendo:
«Señor, tú que hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos; tú que por el Espíritu Santo dijiste, por boca de nuestro padre David, tu siervo:
“¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos planean proyectos vanos? Se presentaron los reyes de la tierra, los príncipes conspiraron contra el Señor y contra su Mesías”.
Pues en verdad se aliaron en esta ciudad Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste, para realizar cuanto tu mano y tu voluntad habían determinado que debía suceder. Ahora, Señor, fíjate en sus amenazas y concede a tus siervos predicar tu palabra con toda valentía; extiende tu mano para que realicen curaciones, signos y prodigios por el nombre de tu santo siervo Jesús».
Al terminar la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos; los llenó a todos el Espíritu Santo, y predicaban con valentía la palabra de Dios.
Salmo
Salmo 2, 1-3. 4-6. 7-9
R/. Dichosos los que se refugian en ti, Señor
¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Mesías:
«Rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo». R/.
El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
«Yo mismo he establecido a mi Rey
en Sion, mi monte santo». R/.
Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho: «Tú eres mi hijo:
yo te he engendrado hoy.
Pídemolo:
te daré en herencia las naciones;
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás con jarro de loza». R/.
Evangelio del día
Evangelio según San Juan 3, 1-8
Había un hombre del grupo de los fariseos llamado Nicodemo, jefe judío. Este fue a ver a Jesús de noche y le dijo:
«Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él».
Jesús le contestó:
«En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios».
Nicodemo le pregunta:
«¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?».
Jesús le contestó:
«En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de nuevo”; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabemos de dónde viene ni adónde va. Así es todo lo que ha nacido del Espíritu».
Palabra del Señor
Evangelio Lunes 28 de Abril 2025 - Juan 3, 1-8
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Reflexión sobre el Evangelio de San Juan 3, 1-8
El pasaje de
San Juan 3, 1-8 narra el encuentro nocturno entre Jesús y Nicodemo, un fariseo y miembro del Sanedrín. Este episodio es uno de los más profundos y simbólicos del evangelio, ya que introduce conceptos fundamentales del cristianismo: el nacimiento espiritual, la acción del Espíritu Santo y la necesidad de una transformación interior para entrar en el Reino de Dios. A través de este diálogo, Jesús nos invita a reflexionar sobre nuestra propia conversión y la obra de Dios en nuestras vidas.
Nicodemo: un buscador sincero
Nicodemo acude a Jesús "de noche", lo que puede interpretarse tanto literal como simbólicamente. Literalmente, su visita nocturna sugiere precaución, ya que él pertenece a una clase social y religiosa que podría criticarlo por buscar a Jesús. Simbólicamente, esta oscuridad refleja el estado espiritual de Nicodemo: busca la verdad, pero aún está envuelto en las sombras de la ignorancia y las limitaciones humanas.
A pesar de sus dudas e incertidumbres, Nicodemo reconoce algo especial en Jesús: "Sabemos que has venido de Dios como maestro". Esta afirmación muestra respeto y apertura hacia el mensaje de Cristo. Sin embargo, Jesús va más allá de las palabras formales y le presenta una verdad radical: "En verdad, en verdad te digo: quien no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios".
El nacimiento de agua y Espíritu
La respuesta de Jesús sorprende a Nicodemo, quien pregunta con asombro: "¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar otra vez en el vientre de su madre y nacer?" Aquí se evidencia la dificultad de Nicodemo para comprender el lenguaje espiritual de Jesús. Él piensa en términos físicos, mientras que Jesús habla de una realidad mucho más profunda: el nacimiento espiritual.
Jesús explica que este nuevo nacimiento implica "nacer del agua y del Espíritu". El agua alude claramente al bautismo, que limpia el alma del pecado original y nos incorpora a la vida divina. El Espíritu, por su parte, es la fuerza vivificante que transforma nuestros corazones y nos capacita para vivir como hijos de Dios. Este doble nacimiento no es opcional; es indispensable para entrar en el Reino de Dios.
Aquí encontramos una invitación personal: ¿hemos experimentado verdaderamente este nacimiento espiritual? El bautismo no es solo un rito externo, sino el inicio de una nueva vida en Cristo. Nuestra fe debe ser vivida con renovación constante, permitiendo que el Espíritu Santo guíe nuestras acciones y decisiones.
El misterio del Espíritu Santo
Jesús utiliza una imagen poderosa para describir la acción del Espíritu Santo: "El viento sopla donde quiere, y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va". Así es todo el que ha nacido del Espíritu. Con esta comparación, Jesús subraya la libertad y el dinamismo del Espíritu, que actúa de maneras inesperadas y misteriosas. No podemos controlar ni predecir completamente su obra, pero podemos reconocer sus frutos: amor, paz, alegría, paciencia, bondad y todas las virtudes que brotan de una vida transformada por Dios.
Este misterio nos recuerda que la fe no es algo estático o predecible. Seguir a Cristo implica estar abiertos a la acción del Espíritu, que nos desafía a salir de nuestra zona de confort y a confiar en la guía de Dios, incluso cuando no entendemos plenamente sus caminos.
El diálogo con Nicodemo también nos invita a examinar nuestra propia relación con Dios. Como Nicodemo, tal vez nos acercamos a Jesús con preguntas sinceras, pero también con limitaciones y resistencias. Jesús nos llama a superar nuestras dudas y temores, a dar el paso hacia una conversión auténtica que nos renueve desde lo más profundo de nuestro ser.
Este pasaje nos recuerda que la salvación no depende de nuestras obras o méritos, sino de la gracia de Dios que actúa en nosotros. Somos llamados a colaborar con esa gracia, permitiendo que el Espíritu Santo nos transforme y nos haga aptos para el Reino.
El encuentro de Jesús con Nicodemo es una invitación a todos nosotros a nacer de nuevo en el Espíritu. No podemos entrar en el Reino de Dios con nuestras propias fuerzas; necesitamos la acción transformadora del agua y el Espíritu. Que este texto nos impulse a abrir nuestros corazones al Espíritu Santo, dejando que su viento nos lleve hacia horizontes nuevos de fe, esperanza y amor. ¡Aleluya! Cristo vive y nos renueva con su gracia.
NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.