Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe
Evangelio Domingo 20 de Julio 2025 - Lucas 10, 38-42
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 18, 1-10a
En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, en lo más caluroso del día. Alzó la vista y vio tres hombres frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo:
«Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un bocado de pan para que recobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a la casa de vuestro siervo».
Contestaron:
«Bien, haz lo que dices».
Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo:
«Aprisa, prepara tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz unas tortas».
Abrahán corrió enseguida a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase de inmediato. Tomó también cuajada, leche y el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba bajo el árbol, ellos comían.
Después le dijeron:
«Dónde está Sara, tu mujer?».
Contestó:
«Aquí, en la tienda».
Y uno añadió:
«Cuando yo vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre Sara habrá tenido un hijo».
Salmo
Salmo 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5
R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R/.
El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R/.
El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 1,24-28
Hermanos:
Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros: así completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado servidor, conforme al encargo que me ha sido encomendado en orden a vosotros: llevar a plenitud la palabra de Dios, el misterio escondido desde siglos y generaciones y revelado ahora a sus santos, a quienes Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria. Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para presentarlos a todos perfectos en Cristo.
Evangelio del día
Evangelio según San Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Respondiendo, le dijo el Señor:
«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».
Palabra del Señor
Evangelio Domingo 20 de Julio 2025 - Lucas 10, 38-42
Anterior |

Domingo 20 |
Siguiente
Calendario Anual
Reflexión para el Evangelio de San Lucas 10, 38-42
El pasaje de
San Lucas 10, 38-42 nos presenta una escena entrañable y profundamente humana: el encuentro de Jesús con Marta y María en su hogar. Este episodio no solo revela la importancia del equilibrio entre el servicio y la contemplación, sino que también nos invita a reflexionar sobre qué es lo "mejor" en nuestra relación con Dios y cómo priorizarlo en medio de nuestras ocupaciones diarias.
Marta y María: Dos Estilos de Acoger a Jesús
El texto describe cómo Marta se apresura a atender las necesidades prácticas de recibir a Jesús en su casa, mientras que María opta por sentarse a sus pies para escuchar su palabra. Ambas actitudes tienen valor, pero Jesús señala claramente cuál es prioritaria en ese momento: "María ha elegido la parte mejor, y no le será quitada" (v. 42).
Marta representa el espíritu activo y diligente, preocupado por servir y hacer todo lo necesario para honrar a Jesús. Sin embargo, su preocupación excesiva por los detalles la lleva a sentirse agobiada y a criticar a su hermana por no ayudarla. Esto refleja cómo, en ocasiones, podemos dejarnos absorber por nuestras responsabilidades hasta perder de vista lo esencial.
Por otro lado, María encarna la actitud contemplativa, centrada en estar presente ante Jesús y escuchar su palabra. Su elección de "sentarse a los pies de Jesús" simboliza un corazón abierto a la enseñanza divina y una disposición a priorizar la relación personal con Él sobre cualquier otra cosa. Aunque su actitud puede parecer pasiva desde una perspectiva externa, Jesús la alaba porque ha reconocido lo que realmente importa.
La Prioridad de la Contemplación
Jesús no está menospreciando el servicio ni el trabajo que Marta realiza; más bien, está destacando que el servicio debe fluir de una relación profunda con Él. La contemplación y la escucha de la palabra de Dios son la base que da sentido y dirección a nuestras acciones. Sin esta conexión espiritual, incluso el servicio más noble puede volverse superficial o egocéntrico.
Este mensaje es especialmente relevante en un mundo donde la actividad constante y la productividad a menudo definen nuestro valor. Nos recuerda que, aunque el trabajo y el servicio son importantes, no deben reemplazar el tiempo dedicado a Dios. Escuchar su voz y alimentar nuestra vida interior es fundamental para vivir como verdaderos discípulos.
Equilibrio entre Acción y Contemplación
Este pasaje nos invita a buscar un equilibrio entre la acción y la contemplación. No se trata de elegir uno u otro, sino de integrar ambos aspectos en nuestra vida. El ejemplo de Marta y María nos enseña que:
El Servicio sin Contemplación se Agota: Cuando nuestras obras no están arraigadas en una relación profunda con Dios, corremos el riesgo de caer en el agotamiento, el orgullo o la frustración. Marta, aunque bienintencionada, se sintió sobrecargada porque no había tomado tiempo para estar en paz con Jesús.
La Contemplación sin Servicio es Esteril: Por otro lado, quedarse únicamente en la contemplación sin traducirla en obras de amor sería insuficiente. La fe debe manifestarse en la caridad y el servicio al prójimo.
Cristo es el Centro: Tanto la acción como la contemplación deben tener a Cristo como su fuente y fin. Cuando ponemos a Jesús en el centro, nuestras actividades cotidianas se convierten en una extensión de nuestra oración y devoción.
Para Nuestra Vida
Priorizar el Tiempo con Dios: En medio de nuestras ocupaciones, es vital reservar momentos para la oración, la lectura de la Palabra y la adoración. Como María, debemos aprender a "sentarnos a los pies de Jesús" para escuchar su voz y fortalecer nuestra relación con Él.
Evitar la Ansiedad: La actitud de Marta nos recuerda que la preocupación excesiva por los detalles puede robarnos la paz y alejarnos de lo esencial. Jesús nos invita a confiar en su providencia y a descansar en su presencia.
Servir con un Corazón Contemplativo: Nuestro servicio debe nacer de un corazón lleno de amor por Dios. Cuando nuestras obras están arraigadas en la contemplación, se vuelven más fructíferas y menos egoístas.
Discernir lo Mejor: A veces, debemos preguntarnos si estamos eligiendo lo "mejor" en nuestras decisiones diarias. ¿Estamos poniendo a Dios primero? ¿Nuestras acciones reflejan nuestra fe y dependencia de Él?
La historia de Marta y María nos desafía a examinar nuestras prioridades y a buscar un equilibrio entre el servicio y la contemplación. Jesús nos invita a ser como María, escogiendo la "parte mejor" al colocarlo en el centro de nuestra vida. Que aprendamos a combinar la acción y la oración, sabiendo que solo en Él encontramos la paz y el propósito que nuestros corazones anhelan.
NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.