Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe
Evangelio Domingo 6 de Julio 2025 - Lucas 10, 1-12. 17-20
Primera lectura
Lectura del Profeta Isaías 66, 10-14c
Festejad a Jerusalén, gozad con ella,
todos los que la amáis;
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto;
mamaréis a sus pechos
y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias
de sus ubres abundantes.
Porque así dice el Señor:
«Yo haré derivar hacia ella,
como un río, la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.
Llevarán en brazos a sus criaturas
y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo,
y en Jerusalén seréis consolados.
Al verlo, se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos florecerán como un prado,
se manifestará a sus siervos la mano del Señor».
Salmo
Salmo 65, 1-3a. 4-5. 6-7a. 16 y 20
R. Aclamad al Señor, tierra entera.
Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». R/.
Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R/.
Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos en él,
que con su poder gobierna eternamente. R/.
Los que teméis a Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica,
ni me retiró su favor. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 6, 14-18
Hermanos:
Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.
Pues lo que cuenta no es la circuncisión ni la incircuncisión, sino la nueva criatura.
La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios.
En adelante, que nadie me moleste, pues yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén
Evangelio del día
Evangelio según San Lucas 10, 1-12. 17-20
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles:
“El reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Pero si entráis en una ciudad y no os reciben, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».
Los setenta y dos volvieron con alegría diciendo:
«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre».
Él les dijo:
«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».
Palabra del Señor
Evangelio Domingo 6 de Julio 2025 - Lucas 10, 1-12. 17-20
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Reflexión para el Evangelio de San Lucas 10, 1-12. 17-20
El pasaje de
San Lucas 10, 1-12 y 17-20 nos presenta una misión especial encomendada por Jesús a los setenta y dos discípulos, quienes son enviados de dos en dos a anunciar el Reino de Dios. Este episodio no solo revela la urgencia del mensaje evangélico, sino que también nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vocación como discípulos misioneros en el mundo.
La Misión: Urgencia y Dependencia
Jesús envía a los discípulos con instrucciones claras: deben ir sin provisiones, confiando plenamente en la hospitalidad de aquellos a quienes se dirigen. "No llevéis nada para el camino" (v. 4), les dice. Esta indicación subraya la radical confianza que debemos tener en la providencia divina. Los discípulos no deben preocuparse por lo material, porque su misión no es suya, sino de Dios. Esta enseñanza nos recuerda que nuestro trabajo apostólico debe estar centrado en Cristo, no en nuestras propias fuerzas o recursos.
Al enviarlos de dos en dos, Jesús enfatiza la importancia de la comunión y el apoyo mutuo en la misión. Nadie está llamado a trabajar solo; la evangelización es un esfuerzo comunitario que requiere colaboración y unidad. Además, al saludar a las casas diciendo "La paz sea en esta casa" , los discípulos llevan un mensaje de reconciliación y armonía, reflejando el corazón mismo del Evangelio.
El Mensaje: El Reino está cerca
Los discípulos son enviados a proclamar: "El Reino de Dios está cerca" (v. 9). Este anuncio no es simplemente una declaración teológica, sino una invitación a la conversión y a vivir bajo el señorío de Cristo. Sin embargo, también reciben instrucciones claras sobre cómo actuar si un pueblo rechaza su mensaje: sacudir el polvo de sus pies como testimonio contra ellos. Esto no es un acto de venganza, sino un gesto simbólico que deja claro que aquellos que rechazan el Evangelio asumen la responsabilidad de su decisión. Nos recuerda que la misión de la Iglesia incluye tanto la acogida como el discernimiento frente a la resistencia.
El Regreso: Alegría en el Nombre de Jesús
Cuando los discípulos regresan, están llenos de alegría porque incluso los demonios se sometieron a ellos en el nombre de Jesús (v. 17). Jesús confirma su autoridad sobre el mal y comparte su gozo, pero también les advierte: "No os regocijéis porque los espíritus se os someten, sino porque vuestros nombres están escritos en los cielos" (v. 20). Aquí radica el corazón de la misión cristiana: no buscamos glorificarnos ni enorgullecernos por nuestros logros, sino alegrarnos en nuestra identidad como hijos de Dios. La verdadera alegría proviene de saber que pertenecemos al Reino eterno.
Implicaciones para Nuestra Vida
Este pasaje tiene importantes lecciones para nosotros hoy. Primero, nos recuerda que todos estamos llamados a ser misioneros. No necesitamos esperar una "misión oficial"; cada día, a través de nuestras palabras y acciones, podemos anunciar el Reino de Dios allá donde estemos. Segundo, nos invita a confiar en la providencia divina. Como los discípulos, debemos aprender a depender de Dios, sabiendo que Él proveerá lo necesario para cumplir su voluntad.
También nos desafía a ser mensajeros de paz y reconciliación. En un mundo fragmentado por divisiones, violencia y egoísmo, somos llamados a llevar la paz de Cristo a nuestras familias, comunidades y lugares de trabajo. Finalmente, este texto nos recuerda que nuestra mayor alegría debe residir en nuestra relación con Dios, no en los éxitos o reconocimientos terrenales.
NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.