Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe
Evangelio Jueves 14 de Agosto 2025 - Mateo 18, 21-19, 1
Lectura del día
Lectura del libro de Josué, 3,7-10a. 11. 13-17.
En aquellos días, el Señor dijo a Josué:
«Hoy mismo voy a empezar a engrandecerte ante todo Israel, para que vean que estoy contigo como estuve con Moisés. Tú dales esta orden a los sacerdotes portadores del Arca de la Alianza: “En cuando lleguéis a tocar el agua de la orilla de Jordán, deteneos en el Jordán”».
Josué dijo a los hijos de Israel:
«Acercaos aquí a escuchar las palabras del Señor, vuestro Dios».
Y añadió:
Así conoceréis que el Dios vivo está en medio de vosotros y que va a expulsar ante vosotros a los cananeos. Mirad, el Arca de la Alianza del Dueño de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de vosotros.
Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el Arca del Señor, Dueño de toda la tierra, pisen el agua del Jordán, la corriente de agua del Jordán que viene de arriba quedará cortada y se detendrá formando como un embalse».
Cuando la gente levantó el campamento para pasar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza caminaron delante de la gente.
En cuanto los portadores del Arca de la Alianza llegaron al Jordán y los sacerdotes que la portaban mojaron los pies en el agua de la orilla (el Jordán baja crecido hasta los bordes todo el tiempo de la siega), el agua que venía de arriba se detuvo y formó como un embalse que llegaba muy lejos, hasta Adán, un pueblo cerca de Sartán, y el agua que bajaba hacia el mar de la Arabá, el mar de la Sal, quedó cortado del todo.
La gente pasó el río frente a Jericó. Los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza del Señor estaban quietos en el cauce seco, firmes en medio del Jordán, mientras todo Israel iba pasando por el cauce seco, hasta que acabaron de pasar todos.
Salmo
Salmo 113A,1-2.3-4.5-6
R/. Aleluya
Cuando Israel salió de Egipto,
los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,
Judá fue su santuario,
Israel fue su dominio. R.
El mar, al verlos, huyó,
el Jordán se echó atrás;
los montes saltaron como carneros;
las colinas, como corderos. R.
¿Qué te pasa, mar, que huyes,
a ti, Jordán, que te echas atrás?
¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;
colinas, que saltáis como corderos? R.
Evangelio del día
Evangelio según San Mateo 18, 21-19, 1
En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:
«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».
Jesús le contesta:
«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.
El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo".
Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo:
"Págame lo que me debes".
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:
"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré".
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
"¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?".
Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».
Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán.
Palabra del Señor
Evangelio Jueves 14 de Agosto 2025 - Mateo 18, 21-19, 1
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Reflexión para el Evangelio de San Mateo 18, 21-19, 1
Este pasaje nos presenta una de las enseñanzas más profundas y desafiantes de Jesús: la importancia del perdón. A través de la pregunta de Pedro y la parábola del siervo despiadado, Jesús nos invita a reflexionar sobre la magnitud del perdón que recibimos de Dios y la necesidad de extender ese mismo perdón a los demás.
La pregunta de Pedro
Pedro pregunta a Jesús: "Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano si me ofende? ¿Hasta siete veces?" En el contexto judío, perdonar siete veces ya era considerado generoso, pero Jesús responde con una cifra mucho mayor: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete." Con esta respuesta, Jesús no está estableciendo un límite numérico, sino subrayando que el perdón debe ser ilimitado, constante y sin condiciones.
El perdón no es simplemente un acto moral; es una expresión del amor radical que Dios nos muestra. Como discípulos de Cristo, estamos llamados a reflejar ese amor en nuestras relaciones, superando el rencor y la venganza.
La parábola del siervo despiadado
Jesús narra la historia de un siervo que debía una enorme suma de dinero a su señor. Cuando el siervo suplica clemencia, el señor, movido por compasión, le perdona toda la deuda. Sin embargo, este mismo siervo, al encontrarse con un compañero que le debía una cantidad mucho menor, se niega a perdonarlo y lo entrega a los verdugos. Al enterarse, el señor castiga severamente al siervo despiadado.
Esta parábola nos confronta con una verdad incómoda: hemos recibido un perdón inmenso de parte de Dios por nuestros pecados, y somos llamados a perdonar a otros de la misma manera. El siervo despiadado representa a aquellos que reciben la misericordia divina pero se niegan a compartirla. Su actitud revela una falta de gratitud y una dureza de corazón que rompe la comunión con Dios y con los demás.
Este pasaje contiene varias enseñanzas clave:
El perdón como respuesta al amor de Dios:
Dios nos ha perdonado nuestras deudas más grandes, nuestros pecados, mediante la muerte y resurrección de Cristo. Nuestro perdón hacia los demás debe ser una respuesta natural a ese amor infinito.
El peligro de la falta de perdón:
Guardar rencor o negarnos a perdonar bloquea la gracia de Dios en nuestras vidas. La falta de perdón nos aleja de la comunión con Dios y nos endurece el corazón.
La práctica del perdón cotidiano:
Perdonar no significa minimizar el daño causado, sino liberar nuestro corazón del peso del rencor. Es un proceso que puede requerir tiempo y oración, pero es esencial para vivir en paz y armonía.
La enseñanza de Jesús sobre el perdón es un llamado a transformar nuestras relaciones y nuestras comunidades. Nos recuerda que el perdón no es una opción, sino una exigencia del evangelio. Que este pasaje nos inspire a ser misericordiosos como el Padre celestial es misericordioso, sabiendo que cada vez que perdonamos, reflejamos el amor incondicional de Dios. ¡Aleluya! Cristo vive y nos enseña el camino del perdón y la reconciliación.
NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.