Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe
Evangelio Lunes 28 de Julio 2025 - Mateo 13, 31-35
Lectura del día
Lectura del libro del Éxodo 32 15-24.30-34
En aquellos días, Moisés se volvió y bajó del monte con las dos tablas del testimonio en la mano. Las tablas estaban escritas por ambos lados; eran hechura de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada en las tablas.
Al oír Josué el griterío del pueblo, dijo a Moisés:
«Se oyen gritos de guerra en el campamento».
Contestó él:
«No es grito de victoria, no es grito de derrota, que son cantos lo que oigo».
Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, Moisés, encendido en ira, tiró las tablas y las rompió al pie de la montaña.
Después agarró el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo polvo, que echó en agua y se lo hizo beber a los hijos de Israel.
Moisés dijo a Aarón:
«¿Qué te ha hecho este pueblo, para que nos acarreases tan enorme pecado?».
Contestó Aarón:
«No se irrite mi señor. Sabes que este pueblo es perverso. Me dijeron: “Haznos un Dios que vaya delante de nosotros, pues a ese Moisés que nos sacó de Egipto no sabemos qué le ha pasado”. Yo les dije: “Quien tenga oro que se desprenda de él y me lo dé; yo lo eché al fuego, y salió este becerro”».
Al día siguiente, Moisés dijo al pueblo:
«Habéis cometido un pecado gravísimo; pero ahora subiré al Señor a expiar vuestro pecado.»
Volvió, pues, Moisés al Señor y le dijo:
«Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo, haciéndose dioses de oro. Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras del libro de tu registro».
El Señor respondió:
«Al que haya pecado contra mí lo borraré del libro. Ahora ve y guía a tu pueblo al sitio que te dije; mi ángel irá delante de ti; y cuando llegue el día de la cuenta, les pediré cuentas de su pecado».
Salmo
Salmo 105
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno
En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen
de un toro que come hierba. R.
Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en el país de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R.
Dios hablaba ya de aniquilarlos;
pero Moisés, su elegido,
se puso en la brecha frente a él,
para apartar su cólera del exterminio. R.
Evangelio del día
Evangelio según San Mateo 13, 31-35
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros a anidar en sus ramas».
Les dijo otra parábola:
«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta para que todo fermenta».
Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».
Palabra del Señor
Evangelio Lunes 28 de Julio 2025 - Mateo 13, 31-35
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Reflexión para el Evangelio de San Mateo 13, 31-35
El pasaje de
San Mateo 13, 31-35 presenta dos breves pero profundas parábolas: la del grano de mostaza y la de la levadura. Estas enseñanzas de Jesús nos invitan a reflexionar sobre el Reino de Dios, que crece y actúa de manera silenciosa pero poderosa en nuestras vidas y en el mundo. Aunque su comienzo puede parecer pequeño o insignificante, su impacto es transformador.
La Parábola del Grano de Mostaza
Jesús compara el Reino de los Cielos con un grano de mostaza: "Es como un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo. Es, en verdad, la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, es más grande que las hortalizas y se hace un árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hacen nido en sus ramas" (vv. 31-32).
Esta imagen subraya cómo el Reino de Dios comienza de manera humilde y discreta, pero tiene el potencial de expandirse enormemente. El cristianismo mismo comenzó con un pequeño grupo de discípulos en una región remota del Imperio Romano, pero hoy abarca millones de personas en todo el mundo. Así como el grano de mostaza se convierte en un refugio para las aves, el Reino de Dios ofrece un hogar seguro y un propósito eterno para quienes lo aceptan.
Esta parábola también nos recuerda que no debemos despreciar los pequeños comienzos ni las acciones aparentemente insignificantes. Una pequeña semilla de fe, cultivada con paciencia y amor, puede dar frutos abundantes en nuestra vida y en la de los demás.
La Parábola de la Levadura
En la segunda parábola, Jesús compara el Reino de los Cielos con la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina hasta que todo queda fermentado (v. 33). La levadura es invisible al principio, pero su acción transforma completamente la masa. De manera similar, el Reino de Dios actúa de forma silenciosa y gradual, cambiando corazones, familias y comunidades desde adentro.
Esta comparación nos invita a confiar en la obra lenta pero constante de Dios en nuestras vidas. Muchas veces, los cambios más profundos ocurren sin ruido ni fanfarria. La conversión personal, el fortalecimiento de la fe y la transformación de las estructuras sociales son procesos que requieren tiempo y paciencia. Pero cuando permitimos que el Espíritu Santo actúe, sus efectos son profundos y duraderos.
Lecciones sobre el Reino de Dios
Confianza en el Poder Transformador de Dios: Aunque el Reino de Dios puede parecer pequeño o insignificante al principio, su influencia es inmensa. No debemos subestimar el impacto de nuestras acciones cotidianas guiadas por el Evangelio.
Paciencia y Esperanza: El crecimiento del Reino no siempre es inmediato ni visible, pero está ocurriendo constantemente. Debemos tener paciencia y confiar en que Dios cumplirá su promesa de renovación total.
Valorar lo Pequeño y Humilde: Así como el grano de mostaza y la levadura son elementos modestos, nuestras pequeñas obras de amor, oración y servicio pueden tener un gran impacto en el mundo.
Acción Silenciosa pero Efectiva: La levadura actúa sin ser vista, pero su presencia transforma todo lo que toca. Del mismo modo, el testimonio cristiano no necesita ser ostentoso para ser efectivo. Vivir con autenticidad y amor puede cambiar vidas sin palabras.
Para Nuestra Vida
Cultivar la Fe en lo Cotidiano: Así como el grano de mostaza crece lentamente, debemos cuidar nuestra relación con Dios día a día, confiando en que Él hará crecer nuestro espíritu.
Ser Agentes del Cambio: Como levadura en la masa, estamos llamados a ser instrumentos de transformación en nuestro entorno. Nuestras palabras y acciones, aunque pequeñas, pueden inspirar grandes cambios.
Evitar la Impaciencia Espiritual: A veces podemos sentirnos frustrados porque no vemos resultados inmediatos en nuestra vida de fe o en el mundo. Sin embargo, el Reino de Dios crece en su propio tiempo, y debemos confiar en su proceso.
Vivir con Confianza en lo Invisible: Aunque el Reino de Dios no siempre sea visible, está activo en nuestras vidas y en el mundo. Que tengamos la sabiduría de reconocer su obra y la valentía de colaborar con ella.
Las parábolas del grano de mostaza y la levadura nos recuerdan que el Reino de Dios es una realidad dinámica y expansiva, que crece y actúa de manera silenciosa pero poderosa. Nos invitan a confiar en la obra de Dios, a valorar lo pequeño y a ser pacientes mientras esperamos ver los frutos de su gracia. Que aprendamos a vivir como "semillas" y "levadura", llevando el amor y la luz de Cristo al mundo.
NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.