Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe

Evangelio Martes 1 de Julio 2025 - Mateo 8,23-27

Lectura del día

Lectura del libro del Génesis 19,15-29

En aquellos días, los ángeles urgieron a Lot:
«Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están
aquí, no vayas a perecer por culpa de Sodoma».
Y como no se decidía, los hombres los tomaron de la mano a él, a su mujer y a sus dos hijas, por la misericordia del Señor hacia él, y lo sacaron, los sacaron poniéndolo fuera de la ciudad y diciéndole:
«Ponte a salvo; por tu vida, no mires atrás ni te detengas en la vega; ponte a salvo en los montes, para no perecer».
Lot les respondió:
«No, Señor mío. Aunque tu siervo ha alcanzado tu favor, pues me has tratado con gran misericordia, salvándome la vida, yo no puedo ponerme a salvo en los montes; la desgracia me alcanzará y moriré. Mira, cerca de aquí hay una ciudad pequeña, donde puedo refugiarme. ¡Permíteme escapar allá! ¿No es acaso muy pequeña? Así yo salvaré la vida».
Le contestó:
«Accedo a lo que pides, no arrasaré la ciudad que dices. Aprisa, ponte a salvo allí, pues no puedo hacer nada hasta que llegues allá».
Por eso la ciudad se llama Soar.
Salía el sol sobre la tierra cuando Lot llegó a Soar.
El Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego desde el cielo. Arrasó aquellas ciudades y toda la vega; los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo.
La mujer de Lot miró atrás, y se convirtió en estatua de sal.
Abrahán madrugó y se dirigió al sitio donde había estado delante del Señor. Miró en dirección de Sodoma y Gomorra, toda la extensión de la vega, y vio humo que subía del suelo, como humo de horno.
Cuando Dios destruyó las ciudades de la vega, se acordó de Abrahán y sacó a Lot de la catástrofe, al arrasar las ciudades donde había vivido Lot.

Salmo

Salmo 25,2-3.9-10.11-12
R/. Tengo ante los ojos tu bondad, Señor.

Escrútame, Señor, ponme a prueba,
sondea mis entrañas y mi corazón,
porque tengo ante los ojos tu bondad,
y camino en tu verdad. R/.

No arrebates mi alma con los pecadores,
ni mi vida con los sanguinarios,
que en su izquierda llevan infamias,
y su derecha está llena de sobornos. R/.

Yo, en cambio, camino en la integridad;
sálvame, ten misericordia de mí.
Mi pie se mantiene en el camino llano;
en la asamblea bendeciré al Señor. R/.

Evangelio del día

Evangelio según San Mateo 8,23-27

En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole:
«¡Señor, sálvanos, que perecemos!».
Él les dice:
«¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?».
Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados:
«¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».

Palabra del Señor

Evangelio Martes 1 de Julio 2025 - Mateo 8,23-27

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Reflexión para el Evangelio de San Mateo 8,23-27

El pasaje de Mateo 8, 23-27 nos presenta una escena profundamente simbólica y cargada de enseñanzas: Jesús y sus discípulos en una barca, enfrentando una tormenta que parece incontrolable. Este episodio no solo revela el poder divino de Cristo, sino que también nos invita a reflexionar sobre nuestra propia fe y confianza en Dios frente a las adversidades de la vida.

En el relato, los discípulos se encuentran atravesando un mar agitado por una tempestad feroz. El miedo los invade porque sienten que están a punto de perecer. Sin embargo, Jesús, quien está presente en la barca, duerme tranquilamente. Esto nos muestra que incluso en medio de las tormentas más grandes, Dios está con nosotros. Su aparente "indiferencia" no es desinterés, sino una invitación a confiar plenamente en su poder y providencia. Los discípulos, al despertarlo, exclaman: "¿No te importa que perezcamos?" (v. 25). Esta pregunta refleja una falta de fe, pero también una búsqueda sincera de ayuda.

Cuando Jesús despierta, reprende al viento y al mar, y todo se calma. Pero lo más impactante no es el milagro en sí, sino la pregunta que hace a sus discípulos: "¿Por qué sois tan cobardes, hombres de poca fe?" (v. 26). Con estas palabras, Jesús no busca humillarlos, sino hacerles ver que su miedo surge de la duda. La lección es clara: si Dios está con nosotros, no hay razón para temer, porque Él tiene el control absoluto sobre toda situación.

Este pasaje nos habla directamente a nuestras vidas. Todos enfrentamos tormentas: problemas familiares, enfermedades, pérdidas, incertidumbre o dificultades económicas. En esos momentos, como los discípulos, podemos sentirnos abrumados y preguntarnos si Dios realmente se preocupa por nosotros. Pero la verdad es que Él está siempre en la "barca" de nuestra existencia, aunque a veces parezca dormido o ausente. La clave está en nuestra fe. ¿Confiamos en que Él puede calmar nuestras tormentas, tanto externas como internas?

Jesús no promete que no habrá dificultades, pero nos asegura que nunca estaremos solos. Al igual que acalló la tempestad en el mar, Él puede traer paz a nuestros corazones atribulados. Sin embargo, esta paz depende de nuestra disposición para invocarlo con confianza y creer que Él actuará según su voluntad y perfecto tiempo.

Finalmente, este episodio también nos invita a examinar cómo respondemos ante las pruebas. ¿Somos como los discípulos, que permitieron que el miedo los dominara? O, por el contrario, buscamos primero a Dios en medio de la tormenta, recordando que Él es nuestro refugio y fortaleza. La fe no elimina las dificultades, pero nos da la certeza de que, con Cristo, ninguna tormenta es insuperable.

NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.