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Evangelio del dia

Evangelio Martes 22 de Julio 2025

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Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe

Evangelio Martes 22 de Julio 2025 - Juan 20, 1-2. 11-18

Lectura del día

Lectura del libro del Cantar de los Cantares 3, 1-4b

Esto dice la esposa:
«En mi lecho, por la noche,
buscaba al amor de mi alma:
lo buscaba y no lo encontraba.
“Me levantaré y rondaré por la ciudad,
por las calles y las plazas,
buscaré al amor de mi alma”.
Lo busqué y no lo encontré.
Me encontraron los centinelas
que hacen la ronda por la ciudad:
“¿Habéis visto al amor de mi alma?”
En cuanto los hube pasado,
encontré al amor de mi alma».

Salmo

Salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9
R/. Mi alma está sedienta de ti, Dios mío

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo.
Mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.

Evangelio del día

Evangelio según San Juan 20, 1-2. 11-18

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella les contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice:
«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».

Palabra del Señor

Evangelio Martes 22 de Julio 2025 - Juan 20, 1-2. 11-18

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Calendario Anual

Reflexión para el Evangelio de San Juan 20, 1-2. 11-18

El pasaje de San Juan 20, 1-2 y 11-18 nos presenta una de las escenas más conmovedoras del Evangelio: el encuentro de María Magdalena con el Resucitado. Este texto no solo revela la realidad de la resurrección de Jesucristo, sino que también nos invita a reflexionar sobre el amor fiel, la búsqueda incansable de Dios y el gozo de encontrarse personalmente con Él.

La Búsqueda Desesperada de María Magdalena
El relato comienza temprano en la mañana del primer día de la semana, cuando María Magdalena llega al sepulcro y lo encuentra vacío. Sin comprender aún lo que ha sucedido, corre a avisar a Pedro y al discípulo amado, diciendo: "Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto" (v. 2). Su angustia refleja un corazón profundamente herido por la pérdida de Jesús, pero también un amor inquebrantable que la impulsa a buscarlo sin descanso.

Más tarde, después de que los discípulos regresan a casa, María permanece junto al sepulcro, llorando desconsoladamente (v. 11). Su dolor es tan intenso que ni siquiera reconoce inicialmente a Jesús cuando Él se le aparece. Esto subraya la humanidad de María y su profunda necesidad de encontrar consuelo en medio de la pérdida.

El Encuentro Transformador
Cuando Jesús finalmente le habla, llamándola por su nombre —"¡María!" (v. 16)—, ella lo reconoce al instante. Este momento íntimo y poderoso revela cómo Dios se encuentra siempre con nosotros de manera personal y transformadora. No es una aparición impersonal; es un encuentro lleno de amor y ternura, donde Jesús llama a María por su nombre, mostrando que la conoce profundamente y que nunca la ha abandonado.

María intenta aferrarse a Él, pero Jesús le dice: "No me toques, porque todavía no he subido al Padre" (v. 17). Estas palabras no son un rechazo, sino una invitación a un nuevo tipo de relación. La resurrección inaugura una nueva forma de estar con Jesús: ya no limitado por el espacio o el tiempo, sino presente en el Espíritu y en la comunidad de fe.

Luego, Jesús le encarga un mensaje especial para los discípulos: "Vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios" (v. 17). Con esta misión, María Magdalena se convierte en la primera evangelizadora, conocida como "Apóstola de los Apóstoles" , anunciando la buena noticia de que Cristo ha resucitado.

Lecciones sobre el Amor y la Fe
El Amor nos Impulsa a Buscar a Dios: María Magdalena representa el amor fiel que busca incansablemente a Dios, incluso en medio del dolor y la confusión. Nos invita a preguntarnos: ¿buscamos a Jesús con el mismo fervor en nuestras vidas?
Dios Nos Conoce y Nos Llama por Nuestro Nombre: El hecho de que Jesús llame a María por su nombre nos recuerda que Dios nos conoce personalmente y nos ama profundamente. No somos números ni extraños para Él; somos sus hijos amados.
La Resurrección Cambia Todo: La resurrección de Cristo no es solo un evento histórico, sino una realidad transformadora que redefine nuestra relación con Dios. Nos invita a vivir en la esperanza y la certeza de que la muerte no tiene la última palabra.
Somos Llamados a Ser Testigos: Así como María Magdalena fue enviada a anunciar la resurrección, nosotros también estamos llamados a compartir la buena noticia de Jesucristo con los demás. Nuestra misión es ser testigos de su amor y presencia en el mundo.

Para Nuestra Vida
Buscar a Dios con Corazón Sincero: En momentos de oscuridad o desesperación, recordemos que Dios nunca abandona a quienes lo buscan con amor. Como María Magdalena, debemos perseverar en nuestra búsqueda hasta encontrarlo.
Reconocer a Cristo en Medio de Nuestras Dudas: A veces, como María, podemos no reconocer a Jesús inmediatamente debido a nuestras lágrimas o preocupaciones. Pero cuando Él nos habla y nos llama por nuestro nombre, nuestro corazón se ilumina con su presencia.
Ser Portadores de la Buena Noticia: Al igual que María Magdalena, estamos llamados a compartir la alegría de la resurrección con otros. Que nuestras palabras y acciones sean un testimonio vivo de la esperanza que Cristo nos ofrece.
Vivir en Comunión con el Padre: Las palabras de Jesús sobre "mi Padre y vuestro Padre" nos recuerdan que, a través de Él, hemos sido adoptados como hijos de Dios. Esta verdad debe transformar nuestra oración y nuestra relación con el Padre celestial.


El encuentro de María Magdalena con el Resucitado es un recordatorio poderoso de que Dios está siempre cerca de nosotros, especialmente en nuestros momentos más oscuros. Nos invita a buscarlo con amor, a reconocer su voz cuando nos llama y a responder con gratitud y misión. Que aprendamos de María Magdalena a ser testigos fieles de la resurrección, compartiendo con otros la alegría de saber que Cristo vive y camina con nosotros.

NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.

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