Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe Catolica
Inmaculado Corazón de María
Evangelio Sábado 28 de Junio 2025 - Lucas 2, 41-51
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 18,1-15
En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, en lo más caluroso del día. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo:
«Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un bocado de pan para que recobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a la casa de vuestro siervo».
Contestaron:
«Bien, haz lo que dices».
Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo:
«Aprisa, prepara tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz unas tortas».
Abrahán corrió enseguida a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase de inmediato. Tomó también cuajada, leche y el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comían.
Después le dijeron:
«¿Dónde está Sara, tu mujer?».
Contestó:
«Aquí, en la tienda».
Y uno añadió:
«Cuando yo vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo».
Sara estaba escuchando detrás de la entrada de la tienda.
Abrahán y Sara eran ancianos, de edad muy avanzada, y Sara ya no tenía sus periodos.
Sara se rió para sus adentros pensando:
«Cuando ya estoy agotada, ¿voy a tener placer, con un marido tan viejo?».
Pero el Señor dijo a Abrahán:
-«¿Por qué se ha reído Sara, diciendo: "De verdad que voy a tener un hijo, yo tan vieja”?
¿Hay algo demasiado difícil para el Señor? Cuando vuelva a visitarte por esta época, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo».
Pero Sara, lo negó:
«No me he reído», dijo, pues estaba asustada.
Él replicó:
«No lo niegues, te has reído».
Salmo
Lc 1,46-47.48-49.50.53.54-55
R/. El Señor se acuerda de la misericordia
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. R.
Porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi:
su nombre es santo. R.
Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos. R.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
- como lo había prometido a nuestros padres -
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R.
Evangelio del día
Evangelio según San Lucas 2, 41-51
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Palabra del Señor
Evangelio Sábado 28 de Junio 2025 - Lucas 2, 41-51
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Reflexión para el Evangelio de Lucas 2, 41-51
La lectura de
Lucas 2,41-51 nos presenta un episodio único en la infancia de Jesús: su permanencia en el Templo de Jerusalén a los doce años. Este pasaje es una ventana hacia la vida oculta de la Sagrada Familia y nos revela importantes lecciones sobre la obediencia, la relación con Dios y el papel de María y José como modelos de fe.
El texto narra cómo Jesús acompañó a sus padres a Jerusalén para la fiesta de la Pascua, como era costumbre cada año. Al regresar, María y José se dan cuenta de que Jesús no está con la caravana y, después de buscarlo angustiados durante tres días, lo encuentran en el Templo, sentado entre los maestros, escuchando y preguntando. Ante su preocupación, Jesús responde: "¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?" Aunque no comprendieron completamente sus palabras, María guardó todo esto en su corazón. Finalmente, Jesús regresó con ellos a Nazaret y les fue obediente.
La prioridad de la misión divina
Las palabras de Jesús: "Yo debía estar en la casa de mi Padre" revelan su profunda conciencia de su identidad y misión como Hijo de Dios. A pesar de su corta edad, Jesús ya estaba orientado hacia su propósito divino. Esto nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vocación: ¿Estamos viviendo según el plan de Dios para nosotros? La vida cristiana exige discernir y priorizar aquello que Dios nos llama a hacer, incluso cuando sea difícil o implique sacrificios.
La obediencia a los padres
Aunque Jesús tenía una misión única, regresó a Nazaret y se sometió a la autoridad de José y María. Este acto de obediencia es un ejemplo poderoso para todos los hijos y también para aquellos llamados a ser padres. Nos recuerda que la obediencia no es una negación de la libertad, sino una forma de amar y respetar a quienes Dios ha puesto en nuestra vida para guiarnos.
María y José como modelos de fe
La reacción de María y José ante la ausencia de Jesús refleja su amor profundo y su preocupación por Él. Sin embargo, también demuestra su humildad al aceptar las palabras de Jesús, aunque no las entendieran plenamente. María, en particular, guarda estas experiencias en su corazón, mostrándonos la importancia de meditar y confiar en los misterios de Dios, incluso cuando no los comprendemos del todo.
La búsqueda de Dios
Los tres días que María y José pasaron buscando a Jesús simbolizan la búsqueda espiritual que todos debemos emprender en nuestra vida. A veces, podemos sentirnos perdidos o desconectados de Dios, pero este pasaje nos asegura que Él siempre está presente, esperando que lo encontremos en el lugar adecuado: en la oración, en la Iglesia y en su Palabra.
Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre
Este episodio nos muestra la dualidad de la naturaleza de Jesús: es plenamente humano, creciendo en sabiduría y estatura, pero también plenamente divino, consciente de su relación única con el Padre. Esto nos recuerda que Jesús comprende nuestras luchas humanas, pero también nos invita a trascenderlas mediante una relación íntima con Dios.
Como católicos, debemos recordar que nuestra vida debe estar centrada en Dios, como lo estuvo la de Jesús. Que María, la primera discípula, interceda por nosotros para que siempre busquemos a Cristo en el Templo de nuestra vida, es decir, en la oración, la Eucaristía y la comunidad de la Iglesia. ¡Que este relato nos inspire a vivir en comunión con Dios y a cumplir fielmente su voluntad!
En resumen, esta lectura nos enseña que Dios tiene un plan único para cada uno de nosotros, y que nuestra tarea es buscarlo con perseverancia, confiar en su amor y responder con obediencia y gratitud.
NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.