Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe
Evangelio Viernes 1 de Agosto 2025 - Mateo 13,54-58
Lectura del dia
Lectura del libro del Levitico 23, 1. 4-11. 15-16. 27. 34b-37
El Señor habló a Moisés:
«Estas son las festividades del Señor, las asambleas litúrgicas que convocaréis en las fechas señaladas.
El día catorce del primer mes, al atardecer, es la Pascua del Señor.
El día quince del mismo mes, es la fiesta de los Panes Ácimos dedicada al Señor. Comeréis panes ácimos durante siete días. El primer día os reuniréis en asamblea litúrgica, y no haréis ningún trabajo servil. Los siete días ofreceréis al Señor oblaciones. El séptimo os volveréis a reunir en asamblea litúrgica, y no haréis ningún trabajo servil»
El Señor habló a Moisés:
«Di a los hijos de Israel: “Cuando entréis en la tierra que yo os voy a dar, y seguéis la mies, levaréis al sacerdote una gavilla como primicia de vuestra cosecha.
Este la balanceará ritualmente en presencia del Señor, para que os sea aceptada; la balanceará el sacerdote el día siguiente al sábado.
A partir del día siguiente al sábado en que llevéis la gavilla para el balanceo ritual, contaréis siete semanas completas: contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo sábado y ofreceréis una oblación nueva al Señor.
El día diez del séptimo mes es el Día de la Expiación. Os reuniréis en asamblea litúrgica, ayunaréis y ofreceréis al Señor una oblación.
El día quince de ese séptimo mes comienza la fiesta de las Tiendas dedicada al Señor; y dura siete días. El día primero os reuniréis en asamblea litúrgica. No haréis trabajo servil alguno. Los siete días ofreceréis al Señor oblaciones. Al octavo, volveréis a reuniros en asamblea litúrgica y ofreceréis al Señor oblaciones. Es día de reunión religiosa solemne. No haréis trabajo servil alguno.
Estas son las festividades del Señor en las que os reuniréis en asamblea litúrgica, y ofreceréis al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponda a cada día».
Salmo
Salmo 80, 3-4. 5-6ab. 10-11ab
R/. Aclamad a Dios, nuestra fuerza
Acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva,
por la luna llena, que es nuestra fiesta. R.
Porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José
al salir de Egipto. R.
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R.
Evangelio del día
Evangelio según San Mateo 13,54-58
En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga.
La gente decía admirada.
«De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».
Y se escandalizaban a causa de él.
Jesús les dijo:
«Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».
Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.
Palabra del Señor
Evangelio Viernes 1 de Agosto 2025 - Mateo 13,54-58
Anterior |

Viernes 1 |
Siguiente
Calendario Anual
Reflexión para el Evangelio de San Mateo 13,54-58
El pasaje de
San Mateo 13, 54-58 relata la visita de Jesús a su tierra natal, Nazaret, y la reacción de sus compatriotas ante su enseñanza y milagros. Este episodio nos invita a reflexionar sobre temas fundamentales como la incredulidad, los prejuicios humanos y las consecuencias de cerrar nuestro corazón a la acción de Dios. Es una narrativa que desafía nuestra capacidad de reconocer lo divino en lo cotidiano y de abrirnos a la gracia sin dejar que nuestras expectativas limiten nuestra fe.
Jesús en su tierra natal
Jesús regresa a Nazaret, el lugar donde creció, y comienza a enseñar en la sinagoga. Su sabiduría y los prodigios que realiza dejan asombrados a los que lo escuchan. Sin embargo, en lugar de maravillarse con humildad y aceptar su mensaje, los habitantes de Nazaret responden con escepticismo: "¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros?". Sus palabras reflejan incredulidad y desdén. En lugar de ver a Jesús como un mensajero de Dios, lo reducen a una figura familiar, conocida y, por tanto, desestimada.
Esta reacción revela un obstáculo común en nuestra relación con Dios: la tentación de encasillar a las personas y limitar su potencial según nuestras percepciones humanas. Los nazarenos no pueden superar su imagen preconcebida de Jesús como "el hijo del carpintero". Su incredulidad les impide reconocer su divinidad y aceptar su misión profética. Nosotros también corremos el riesgo de rechazar la obra de Dios cuando no se ajusta a nuestras expectativas o cuando proviene de personas o contextos que consideramos insignificantes.
La incredulidad cierra las puertas a la gracia
Jesús responde a su rechazo con una frase llena de tristeza: "Un profeta no es despreciado más que en su tierra y en su casa". Esta declaración subraya cómo la cercanía física o emocional puede cegarnos ante la grandeza de alguien. Los nazarenos, al conocer personalmente a Jesús y a su familia, no logran ver más allá de lo humano. Su incredulidad no solo ofende a Jesús, sino que también limita la manifestación de su poder: "No hizo allí muchos milagros, a causa de su incredulidad".
Este detalle es profundamente significativo. La fe no es solo una actitud interior; tiene un impacto real en lo que Dios puede hacer en nuestras vidas. Cuando cerramos nuestro corazón a la fe, impedimos que la gracia de Dios actúe plenamente. Por el contrario, cuando abrimos nuestro corazón con confianza, creamos espacio para que Dios realice maravillas. La incredulidad de los nazarenos nos recuerda que nuestros prejuicios y resistencias pueden ser barreras que nos alejan de la experiencia transformadora de Dios.
Una llamada a superar los prejuicios
Este pasaje también nos invita a examinar nuestras propias actitudes hacia los demás. ¿Cómo reaccionamos cuando alguien inesperado o poco convencional nos habla de Dios? ¿Estamos dispuestos a reconocer la voz de Cristo en personas que no encajan en nuestras categorías o expectativas? Los nazarenos dejaron que su conocimiento previo de Jesús bloqueara su capacidad de verlo como el Mesías. Nosotros también podemos caer en este error si permitimos que nuestros juicios y prejuicios nos cierren al mover del Espíritu Santo.
Además, esta narrativa nos recuerda que Dios no está limitado por nuestras ideas ni por nuestras estructuras sociales. Él puede obrar a través de personas y situaciones que consideramos improbables. Nuestra tarea es estar atentos y receptivos, buscando siempre la presencia de Dios en lo cotidiano y en lo inesperado.
NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.