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Evangelio del dia

Evangelio Viernes 8 de Agosto 2025

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Lecturas, Salmo y Evangelio de Hoy - Palabra de Fe

Evangelio Viernes 8 de Agosto 2025 - San Mateo 16,24-28

Lectura del día

Lectura del libro del Deuteronomio 4,32-40

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra tan grande como ésta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos? Te lo han hecho ver para que reconozcas que el Señor es Dios, y no hay otro fuera de él.
Desde el cielo hizo resonar su voz para enseñarte, en la tierra te mostró aquel gran fuego, y oíste sus palabras que salían del fuego.
Porque amó a tus padres y después eligió a su descendencia, él en persona te sacó de Egipto con gran fuerza, para desposeer ante ti a pueblos más grandes y fuertes que tú, para traerte y darte sus tierras en heredad, cosa que hoy es un hecho. Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro.
Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre.»

Salmo

Sal 76,12-13.14-15.16.21
R/. Recuerdo las proezas del Señor

Recuerdo las proezas del Señor;
sí, recuerdo tus antiguos portentos,
medito todas tus obras
y considero tus hazañas. R/.

Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Tú, oh Dios, haciendo maravillas,
mostraste tu poder a los pueblos. R/.

Con tu brazo rescataste a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José.
Guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,
por la mano de Moisés y de Aarón. R/.

Evangelio del día

Evangelio según San Mateo 16,24-28 :

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará.
¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del hombre con majestad.»

Palabra del Señor

Evangelio Viernes 8 de Agosto 2025 - San Mateo 16,24-28

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Reflexión para el Evangelio de San Mateo 16,24-28

El pasaje de San Mateo 16, 24-28 es una llamada radical y directa al discipulado cristiano. En estas pocas líneas, Jesús nos presenta las exigencias del seguimiento: renunciar a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguirlo sin condiciones. Este texto no solo define lo que significa ser verdaderamente discípulo, sino que también nos invita a reflexionar sobre nuestras prioridades y la relación entre nuestra vida terrenal y la vida eterna.

El llamado al sacrificio personal
Jesús comienza con una declaración desafiante: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame." Estas palabras son un recordatorio de que el camino del discipulado no es fácil ni cómodo. Seguir a Cristo implica una renuncia consciente y deliberada a nuestros deseos egoístas, intereses personales y planes humanos para abrazar su voluntad.
"Niéguese a sí mismo": Esto no significa simplemente reprimir nuestros deseos, sino transformar nuestro corazón para que nuestras motivaciones sean conformes a las de Cristo. Negarnos a nosotros mismos implica dejar de lado el egocentrismo y vivir para Dios y los demás.
"Tome su cruz": La cruz es un símbolo de sufrimiento, pero también de amor y redención. Tomar nuestra cruz significa aceptar las dificultades, pruebas y sacrificios que vienen con la fe, sabiendo que están unidos al sacrificio de Cristo por la salvación del mundo. No se trata de buscar el sufrimiento innecesariamente, sino de enfrentarlo con fe y esperanza cuando llega como parte del plan divino.
"Sígame": Seguir a Jesús requiere confianza total en Él. Implica caminar en sus enseñanzas, imitar su ejemplo de amor y servicio, y permanecer fieles a Él incluso en medio de las adversidades.

La paradoja del discipulado
Jesús continúa diciendo: "Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; y quien pierda su vida por mi causa, la encontrará." Esta afirmación contiene una profunda verdad espiritual: aquellos que viven únicamente para satisfacer sus deseos egoístas o acumular riquezas y placeres en esta vida eventualmente perderán su verdadero propósito y felicidad. Por otro lado, quienes están dispuestos a sacrificar todo por amor a Cristo descubrirán una vida plena y eterna.

Esta paradoja nos invita a examinar nuestras prioridades. ¿Estamos viviendo para el éxito temporal, el poder o el reconocimiento humano? ¿O estamos enfocados en servir a Dios y construir el Reino de los Cielos? Jesús nos recuerda que las cosas de este mundo son pasajeras, mientras que la vida eterna es el tesoro supremo.

El valor de lo eterno frente a lo temporal
Jesús plantea una pregunta retadora: "¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?" Aquí se nos confronta con la realidad de que nada en esta tierra puede compararse con el valor de nuestra alma y nuestra relación con Dios. Podemos acumular riquezas, logros y comodidades, pero si descuidamos nuestra vida espiritual, habremos perdido lo más importante.

Este versículo nos llama a evaluar honestamente nuestras vidas. ¿Qué estamos intercambiando por nuestra alma? ¿Qué sacrificios estamos dispuestos a hacer por el evangelio? La respuesta a estas preguntas determinará nuestra verdadera riqueza ante Dios.

La promesa de la recompensa eterna
Finalmente, Jesús nos asegura que aquellos que lo siguen recibirán una recompensa eterna: "El Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces retribuirá a cada uno según sus obras." Esta promesa nos anima a perseverar en la fe, sabiendo que nuestros esfuerzos y sacrificios no son en vano. Aunque el camino del discipulado pueda parecer difícil, la recompensa será incomparablemente mayor.

Además, Jesús añade: "En verdad os digo que algunos de los que están aquí no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino." Este versículo ha sido interpretado de varias maneras, pero generalmente se entiende como una referencia a la Transfiguración (Mt 17) o a la venida del Reino de Dios ya presente en la persona y obra de Jesús.

Un llamado a la conversión diaria
Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vocación como discípulos de Cristo. Seguir a Jesús no es un acto único, sino un compromiso diario que exige conversión continua. Nos recuerda que nuestra vida en esta tierra tiene un propósito más allá de lo material: prepararnos para la vida eterna.

Nos desafía a preguntarnos: ¿Estoy dispuesto a renunciar a mí mismo por amor a Cristo? ¿Estoy listo para cargar mi cruz con fe y esperanza? ¿Qué estoy haciendo hoy para construir el Reino de Dios en mi familia, comunidad y mundo?


NOTA : El Evangelio del día puede variar segun su pais por alguna celebracion local o Fiesta Patronal, etc.
El Evangelio aqui publicado se basa generalmente en el calendario liturgico del Vaticano, salvo algunas excepciones.

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